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Editorial: tiempos de consensos

La semana transcurrió con la mirada puesta en de la denominada “Ley Ómnibus”, tras las cámaras, hubo cabildeos que no estaban en foco de atención de los noticieros. Había negociaciones entre jefes de bloques con gobernadores, a pesar de la amenaza de Milei de dejarlas “sin un peso”.

La situación de las provincias era el nudo del debate nacional por saber quién recibe y quien hace el ajuste, por ejemplo, Río Negro, que ya comienza a sentirlo, porque Casa Rosada decidió sacar la parte fiscal del paquete de leyes, se reservó la facultad de llegar al equilibrio fiscal por otra vía justamente, el ajuste.

No solo sucedió la eliminación de lo que comúnmente se conoce como “transferencias discrecionales” sino que la caída de las transferencias automáticas a las provincias ha quedado un 11.1% real interanual, que significa el menor valor real en los últimos años.

En el debate, algunos diputados nacionales que fueron intendentes, señalaron que la mayor problemática la tendrán los municipios y la caída de todo tipo de transferencia afectará las arcas comunales sin contemplación.

Los municipios son los que brindan los servicios inmediatos, los que deben dar respuestas a la comunidad, incluso la ayuda con celeridad ante distintas situaciones que puedan ocurrir a los vecinos.

Los políticos en Buenos Aires no conocen estas realidades y solo se enfocan en la macro economía. Las municipalidades serán las que van a padecer el ajuste intespetuoso y sus pobladores sufrirán el incremento de los servicios como luz, agua y gas, como penan cada vez que van a la despensa o al supermercado. Ante esto, cuando no tengan para abonar o no les alcance sus salarios, ayudas o jubilaciones, acudirán primeramente a los intendentes a golpearles las puertas.

Hoy los fondos que reciben los municipios son para sostener la comuna y pagar salarios. Precisamente el secretario a cargo de los números municipales en San Antonio Oeste, expuso estos últimos días que lo revisan diariamente. Un monitoreo que lo hace con el intendente Casadei. Revisan hasta el más mínimo gasto o la reducción del mismo.

Solicitó Hermo a los gremios, la posibilidad de contemplar el pago desdoblado del incremento salarial en enero y febrero. Los municipales iban a rechazarlo como lo estipularon los sindicalistas que los representan. El ejecutivo hizo el intento, no tuvo respuesta positiva, deberá abonarlo completo.

Hay un escenario inmediato y el ejecutivo no quería conflictos: la Fiesta del Golfo y el fin de semana de carnaval. Podrían en una asamblea los agentes iniciar un quite de colaboración o bien una protesta, inclusive un paro de actividades.

En breve el gobierno municipal deberá sentarse en paritarias con los gremios. Los acuerdos paritarios tal como las conocíamos no serán como hace casi un año por ajuste por inflación. Imposible en el contexto actual.

Aparecerán otras formas de pago, en bono o compensaciones. El municipio debió negociar con el Banco Patagonia para contar con liquidez y cubrir con rentas generales la cuenta en la entidad financiera e ir cubriendo justamente los descubiertos que puedan generarse.

En estos tiempos buscar las posibilidades de salir de la mejor forma en materia económica, depende de la habilidad y el manejo burocrático de los funcionarios y la baja del gasto significará mayor aire a la hora de negociar con los gremios que insistirán con porcentajes de aumento ante un contexto inflacionario imposible para las cajas municipales.

Las quejas de los sindicatos estarán a la orden del día, pero el contexto actual es un desafío complejo en lo financiero y en lo social. Son tiempos de consenso. Incluso el que no quiera entenderlo, deberá adaptarse a la realidad.

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