El corredor bioceánico: la gran oportunidad para el turismo y el comercio

vista aerea las grutas
- Foto archivo




La Organización Mundial del Turismo, dependiente de las Naciones Unidas, en su condición de principal organización internacional en el ámbito turístico propicia permanentemente la contribución del turismo al crecimiento económico, al desarrollo incluyente y a la  sostenibilidad ambiental.
La pavimentación de la ruta nacional número 23, en la Provincia de Río Negro –con una extensión del orden de los 700 kilómetros- permitirá la conectividad desde la costa cercana del Océano Atlántico, hasta la cordillera de los Andes, en la Patagonia Argentina.

Así se contribuirá al cumplimiento de aquellos objetivos de la OMT, en el que se considera fundamentalmente que una adecuada infraestructura permitirá el desarrollo turístico.
Conversando con el empresario turístico Héctor Barberis, de San Carlos de Bariloche y ex presidente del EMPROTUR –una respetada entidad que planifica y  lleva adelante la promoción de ese centro turístico internacional, coordinadamente entre los sectores privados y oficiales- esa ruta, destaca “la importancia geopolítica de unir la Patagonia norte, de los andes al mar”.
Resalta que lo que significa “el corredor bioceánico, uniendo el puerto de San Antonio Este –pasando por el paso internacional Cardenal Samoré- con Puerto Montt, en Chile, para el comercio”.
Hizo hincapié también Barberis “la importancia de esta ruta para el turismo, con nuevos circuitos, en la denominada línea sur y la proximidad con la Meseta de Somuncura”.
Un residente de muchos años en esa denominada línea sur, en la población de Valcheta, el escritor Jorge Castañeda, sostiene que esa ruta “es uno de los caminos para la integración  de la provincia de Río Negro”, resaltando también que “es un proyecto de magnitud internacional en el contexto del Corredor Bioceánico Norpatagónico”.
En los encuentros con Castañeda puntualiza  que esa vía asfaltada facilitará “el desarrollo turístico, creando emprendimientos gastronómicos y de servicios, en su extensión”, subrayando que “se debe pensar el siempre proyecto de la comunicación bioceánica Argentina-Chile, la diversificación de las materias primas características de la zona, como el pórfido, la lana, el desarrollo de los valles menores, las carnes con marcas de origen y la energía eólica, entre otros aspectos”.
Otro encuentro importante fue con Jorge Cerutti, con una dilatada experiencia en los campos del turismo y del desarrollo de  la Patagonia, quien se desempeña como presidente del directorio del Corredor Bioceánico Norpatagónico.
Recogimos de él una clara definición sobre la mencionada ruta, expresándonos que “además de las mejoras en la calidad de vida para los habitantes de su recorrido –la Región Sur- el primer y más significativo impacto económico vendrá de la mano del turismo”.
Al respecto explica que facilitará el traslado de los turistas chilenos, provenientes “de la región con mayor ingreso per cápita como es el sur agroindustrial de ese país, que requiere las aguas cálidas de la Bahía de San Antonio, porque contrastan con las características del Pacífico sur”.
Estima Cerutti que “es una población de alrededor de seis millones de residentes, a las cuales hay que agregar el turismo internacional que Chile recibe como país de entrada y que, en un importante porcentaje, cruza la frontera hacia los destinos turísticos de Argentina”.
Su experiencia en el quehacer turístico, en Bariloche, le permite explicar que “nuevos paradores, mejores servicios de hotelería y gastronomía, mayores opciones para la atención a los vehículos de todo tipo de transporte de pasajeros y atractivos turísticos que se relacionen con la historia, la cultura,  la aventura y la naturaleza, entre otros, conformarán la “oferta” que se irá incorporando paulatinamente.
Pero hay otro atractivo, de nivel internacional que resalta Cerutti, que es el área natural de la Meseta de Somuncura, manifestando que ese lugar reúne “riqueza incalculable que además incorpora inventarios de antropología y paleontología que le otorgan un carácter excepcional, porque no hay nada que se le parezca o se le asemeje”.
Recogemos del presidente del Corredor Bioceánico Norpatagónico la importancia turística que reúnen esa ruta, junto al ramal ferroviario del Tren Patagónico y la Trochita, integrando el espacio territorial con Bariloche, El Bolsón y El Manso en el oeste, más los balnearios Las Grutas, El Cóndor  y Playas Doradas  –en la costa atlántica- en el este, con dos aeropuertos de cabecera –Bariloche y Viedma- más los municipios de la Línea Sur y la Meseta de Somuncura, afirmando que “conforman uno de los clúster turísticos de mayor potencial con que cuenta la provincia de Río Negro”.
Ello forma parte del proyecto original del mencionado corredor, junto al potencial de la minería, la pesca, la modernización portuaria, la integración a la red ferroviaria nacional y la inversión en infraestructura energética y vial.

Sin duda a la infraestructura vial se la considera permanentemente como importante para el desarrollo económico, ya que esas vías terrestres conectan regiones de producción y consumo. La pavimentación de las mismas consolida además al desarrollo turístico en regiones con recursos propios elegidos por los visitantes por esas circunstancias.
Y también de esta forma los gobiernos cumplen con los preceptos de la OMT, sobre la necesidad de invertir en infraestructura para consolidar el turismo en el mundo.

Andrea Marin y Julio Perez recogen opiniones sobre el corredor bioceánico, ley provincial N° 4014 (*) Licenciada y experto en turismo (diariolegislativo.com.ar)

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