El fin del verano regala días de ensueño en la costa atlántica rionegrina, con temperaturas cálidas y un sol radiante que se refleja en el azul-turquesa del mar.
En su majestuosa amplitud unas pocas personas disfrutan de la serenidad de la playa de Las Grutas, ideal para rondas de mates, charlas, jugar en la arena, caminar, pescar o hasta darse un chapuzón porque aún la temperatura del agua lo permite.
Solo el rumor del mar o el alboroto de los loros que anidan en el acantilado interrumpen el silencio inspirador.
Así arranca el otoño en la villa turística rionegrina, un momento del año con el que se deleitan los residentes de la zona, pero que por su encanto poco a poco está seduciendo cada vez a mayor cantidad de visitantes.
Junto a sus bellezas que ofrece la naturaleza, Las Grutas para esta época es el escenario perfecto para descansar.
Para los amantes de la gastronomía también es una invitación tentadora. Aquí se encontrarán con establecimientos donde se elaboran imperdibles platos elaborados con pescados y mariscos capturados en el golfo San Matías, otra de las características que realzan el prestigio del balneario.
Además hay una amplia oferta de alojamiento, tanto en hoteles como casas y departamento de alquiler.