(por Julio Ramón Alcalde) Hoy, finaliza a el programa radial “Buenos días San Matías”, tras 33 años y 7.808 capítulos al aire, los primeros 8 en Radio Municipal y el resto en LRG 448 “Marítima FM”.
El 6 de marzo de 1988, cuando Osvaldo Roza, me “abrió la puerta para ir a jugar”, tenía 35 años y 7 de experiencia aquilatados en Río Gallegos y Viedma. Hoy cierro el ciclo tras casi la mitad de mi vida.
El ciclo en radio municipal, fue muy intenso, por eso mi gratitud al Dr. Roza, soportó todas las presiones del entonces intendente, quien a poco de andar ya me quería fuera del aire.
“Padecí bajo el poder” de varios intendentes y gobernadores y también sufrieron los miembros de mi familia.
Aclaro que no lloriqueo, solo recuerdo y sin rencor.
Tras varias gestiones fui separado de radio municipal, pero, como bien dice el dicho: “Dios cierra una puerta, pero abre una ventana”, nació “Marítima FM.
Del devenir radial, me llevo a la tumba, cuando me toque, no hay apuro, la satisfacción que por mis micrófonos pasaron todos los que quisieron hablar, me gustaran o no.
También no me arrepiento de haber puesto en evidencia algunas cuestiones que perjudicarían a nuestra comunidad, la primera, en la audiencia pública, por la remediación del plomo, y la segunda, en el concejo deliberante, por el acuerdo con la familia Tarruella, cuando 2 concejalas, no quisieron reconocer que eran parte familiar o abstenerse. De estas dos cuestiones hay testimonios televisados.
También debo decir que en 7.808 mañanas se dijeron muchas cosas, pero por ninguna de ellas me desdije o comparecí ante estrados judiciales, ni me pusieron bombas, ni me quemaron el auto o me amenazaron, por lo que supongo que hable con verdad.
Por mi programa pasaron muchos compañeros que lo enriquecieron, algunos por poco tiempo y otros por décadas y muchos años, como, Mario Rissoto, Juan Carlos Irizar, Rubén Pino, que ahora conducirá la mañana de marítima, Carlos Aguilar, Cristian Alonso, Irma Chamorro y Cintia Bustos.
No puedo dejar de recordar a Daniel Ferrer, que aun a costa de saber que no era digerido por los gobernadores radicales, me sumó a “Agua Fresca” y periodísticamente me puso “los pantalones largos”.
Por otra parte, me voy con postgrado en Periodismo Ambiental de la UNLP; en periodismo Agrario UBA, Diplomatura en Periodismo Digital de la UTN, en Comunicación Organizacional y Comunicación Política de La Crujía y otras capacitaciones.
Cierro el ciclo de “Buenos días San Matías”, y no digo adiós, sino “hasta luego” porque quiero hacer otros productos basados en la radio, pero multimediáticos, tanto mientras viaje, como cuando vuelva a casa.
Quedan a cargo mi hijo Leandro y mi nieta Paula Narella Alcalde Lantier y estoy seguro que junto a todos los hombres y mujeres, la mayoría profesionales o casi, que enriquecen nuestra programación, le darán un nuevo perfil y dinámica, bajo la premisa de ser mejores. Pido que los acompañen al igual que lo hicieron conmigo.
Por último, debo agradecer a “mi lugar en el mundo”, San Antonio Oeste, donde está todo lo que tengo.
A quienes tuvieron que cargar sobre sus hombros, para bien o para mal, el peso de mi apellido. Por eso a Cristina Ruibal, que administro por años la radio haciéndola próspera, a Julio Facundo, Leandro Rubén, Paula Narella, Lautaro Nahuel, Ludmila y Augusto y sus correspondientes madres, gracias, por haber soportado lo que tuvieron que pasar, por ser mi familia.
A los auspiciantes como Pedro Ripoll, de Lubricentro “el Aceitoso”, Transportes Las Grutas, Terminal de Servicios Portuarios “Patagonia Norte”, que me confió hace 24 años la convocatoria a sus trabajadores, me acompañaron a lo largo de los 25 años, que el 27 de abril cumple “Marítima FM”.
Párrafo aparte para quienes posibilitaron su puesta en marcha: Gonzalo, “Chiche” Sánchez, Mauricio Tello, Osvaldo y “Cacho” Castro y “Pirincho” Becco, a los que con Nilda Molinari y Marcelo Morelli, les “vendimos una nube” para comprar el equipamiento básico de la radio.
A los comerciantes y prestadores de servicios que me sostuvieron y acompañan publicitariamente desde hace tiempo y los que se incorporaron y los que lo harán.
También a los gobiernos provincial, municipal y legislativo comunal, que, a pesar de no ser siempre simpático con ellos, me acompañaron con sus pautas.
Por último, mi agradecimiento especial a la audiencia que lealmente me acompañó, sabiendo que hasta hoy me escuchan los nietos de los primeros oyentes.
No digo adiós ni hasta siempre, sino “hasta luego”, cuando la providencia lo disponga.
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