El presidente de la obra social IPROSS, Alejandro Marenco, dijo que «hay que replantear el sistema» de funcionamiento de esa entidad.
Expresó que «a esta altura, después de tantos años, creo que si no se replantea el sistema, como ya nos han dicho las autoridades nacionales y provinciales, en la macroeconomía, el aspecto general no va a mejorar».
Aseguró que «debemos redefinir cuáles son nuestras prioridades en temas de salud y encontrar esquemas de prestación para saber luego cómo lo financiamos. Si no determinamos qué vamos a prestar, difícilmente vamos a saber qué es lo que vamos a pagar».
En ese orden, mencionó que «hay que conocer a nuestra población, saber qué es lo que vamos a prestar realmente, saber qué es lo que tenemos capacidad de prestar, y después ver cómo lo financiamos».
Además, expuso que «en todos esos aspectos, está involucrada las decisiones legislativas, y no sólo la contribución política, sino también política sanitaria».
Dijo luego que «en la obra social, se tiene que rediscutir incluso desde los gremios. El gobernador electo lo dijo el otro día, y es que uno de los problemas que tiene la obra social no es sólo el sistema de prestación que tiene, que en algunos son por cartera y otros no, sino también tiene que ver con las sumas en negro que muchas veces subregistran el ingreso de dinero».
Sobre esta realidad, amplió: “Es que nosotros tenemos un ingreso que está sujeto a las distintas políticas salariales por organismos. Hay organismos que tiene un blanqueo de suma remunerativa y otras que no son remunerativas. Eso afecta, por un lado, el ingreso porque muchas categorías del escalafón del ejecutivo implican una baja retención porque se hace sobre sumas remunerativas que tienen un volumen bajo”.
Por otro lado, sostuvo que «la obra social tiene un menú muy amplio, y a eso se suma la judicialización, que continúa; el aumento de los valores de los medicamentos, que va por encima de lo que nosotros podemos correr».
Sobre el abastecimiento de medicamentos, contó: «Hablamos todos los días, nunca hemos cortado el diálogo. La tensión, cada vez que la macro se dispara, por ejemplo, el dólar, provoca un cambio de escenario que no te permite mirar con confiabilidad qué es lo que va a pasar. Te cambian los valores de medicamentos esenciales en 24, 48 horas”. (FM de la costa)