Hacia los 75 años del Aeroclub S.A.O: HOY FALTAN 101 DÍAS…





Es interesante saber que las coincidencias existen y que las oportunidades están a la vuelta de cualquier esquina, pero que ellas hagan que las actividades y objetivos a futuro se vayan sucediendo ya es otro tema a tratar.


Conseguir la instalación de un Hangar y luego traer el Primer Avión fue el resultado de la voluntad de hacer y también de gratas concurrencias de esfuerzos y de coyunturas de personas que vieron el origen de la organización y supieron buscar el tiempo para dedicarle. Y a su vez, lograron superar las discrepancias, disensos o sinsabores que suelen estar presentes. También hubo adelantamientos o retrasos en los fines a lograr, pero se aprovechó el momento justo para realizar lo planificado. En nuestro país, en 1912 se habían agrupado desde la Asociación Nacional de Pilotos Civiles con el fin de recaudar fondos para la compra de una flotilla aérea. La propuesta no logra en ese momento prosperar hasta que mucho después los asociados insisten en juntarse para reunir el dinero necesario y en la publicidad de época promovían la formación de 5000 pilotos que se iban a necesitar para reserva aeronáutica. Hacia 1941, se habían logrado comprar 41 aviones y se habían recibido sólo un total de 45 pilotos instructores, según consta en La Gaceta Aeronáutica (https://www.gacetaeronautica.com/).

Entre ellos, estaba el Sr. Mario Chironi. Él mismo cuenta que sus estudios fueron todos fuera de San Antonio Oeste y, que, en esas circunstancias de querer perfeccionarse había recorrido más de una ciudad de Argentina. Sin embargo, se vuelve para colaborar en el comercio con su padre y le surge la posibilidad de ser elegido el primer instructor del Aeroclub de su ciudad natal. Y lo siente como su mejor ocasión para encarar la enseñanza, regresa empapado de lo mejor, de lo que se hablaba a nivel nacional. Con él se forman los primeros pilotos, quienes asisten y utilizan el Primer Avión Escuela que llega en 1955.

¿Qué llegó primero el Hangar o el Avión-Escuela? ¿Qué otros sucesos acontecieron para que todo saliera como debía ser? Algo que pasaba a nivel nacional era que la movilidad social popular y privada existía… y aquí en la Patagonia también había gente bien intencionada, proba y con objetivos de progreso en comunidad. Para concretar lo de un Hangar propio se juntaron una serie de casualidades y también de dificultades. El espacio físico para establecerlo había sido otorgado desde la Dirección Nacional de Tierras en los terrenos donde funcionó la Aeroposta, al oeste del Tiro Federal Independiente, hoy B° Aeroposta Argentina. Y el hangar implicó frustraciones y esperas. En principio, se gestionó ante las autoridades de Ferrocarriles para la compra de materiales y no pudo ser. Se fue Iglesias y se iba renovando la Comisión Directiva, en sus presidentes, hasta que llega René Henry Lefevbre y se gestiona la compra de un galpón que estaba en Colonia Luisa, General Conesa. En todo el trayecto, rifas, abono de cuota social, préstamos bancarios, donaciones personales, y ganas de concreciones. El hangar llegaba por tierra y con toda la muchachada de ese momento, ya que en 1954 se habían aprobado los planos municipales y se podía descargar el material y comenzar la construcción. En esos meses también llega la habilitación como institución aero-deportiva y, luego, ya en 1955, la Dirección General de Fomento, Instrucción y Habilitación de la Dirección Nacional de Aviación Civil lo establece como Escuela de Pilotaje Aéreo y Centro de Entrenamiento de Pilotos. Con ello, llega el personal técnico, es decir, el Instructor de Vuelo y Mecánico de Mantenimiento y, finalmente, el 7 de noviembre de 1955 llega el Primer Avión.

Toda una secuencia que ahora parece lógica, sin embargo, fue vivida paso a paso y esperando que se pudiera concretar. Nunca ha sido fácil y más en esta localidad alejada de los centros importantes. Desde el 1948 a 1955 fueron concordando el lugar para la sede, el instructor, el hangar y el avión. Arrancaba con todo el club, con todas las partes acopladas y concatenadas. El Piper PA11 donado por el Estado Nacional fue trasladado desde su base en Comodoro Rivadavia por un Instructor dependiente de la Nación, acompañado por un miembro de Comisión Directiva, el Sr. Miguel Neman, y a partir de ese año se pudo comenzar a formar pilotos propios. Una meta que se pudo mantener durante 75 años y que aún persiste como norte a seguir. Lo cierto es que se necesitan pilotos y la institución está lista para recibirlos, como lo ha hecho desde que se creó.

Fuente: Aeroclub S.A.O

QUÉ TE GENERA ESTA NOTICIA



Artículo anteriorEditorial: nadie se aparta del contexto electoral
Artículo siguienteApareció con vida David Iván Soto, el joven correntino que estaba desaparecido desde enero