Innovador desarrollo e investigación sobre el cultivo de truchas en agua salada en San Antonio Oeste





El biólogo marino Víctor Fernández, integrante del equipo de investigación del CIMAS, se refirió al revolucionario proyecto de cultivo de truchas en agua salada que se está desarrollando en la región. Esta innovadora técnica podría transformar complementar la actividad de la industria pesquera y ofrecer una solución sustentable y sostenible para la producción de pescado.


Fernández explicó que este sistema productivo no solo presenta una opción viable para la producción alimenticia, sino que también es una alternativa económica sostenible. «Este sistema de recirculación cerrado reutiliza el agua, minimizando el uso de recursos hídricos y reduciendo significativamente el impacto ambiental en comparación con los métodos tradicionales de cultivo de peces», comentó. Según sus declaraciones, mientras que un kilo de pescado en un sistema abierto puede requerir entre 1000 y 1500 litros de agua, en el sistema cerrado se utiliza apenas un 10% de esa cantidad.
El especialista destacó que esta metodología responde a las malas experiencias previas en la Piscicultura, especialmente en lugares como Chile, donde el daño ambiental ha sido profundo difícilmente remediable. «En sistemas tradicionales, el impacto sobre el agua dulce es considerable, afectando su potabilidad y facilitando la transmisión de enfermedades entre los peces. Nuestro enfoque de recirculación, sin embargo, asegura una mínima alteración del medio ambiente y puede además utilizar energías renovables», añadió.
La investigación también subraya la importancia de desarrollar técnicas de cultivo en agua salada, dadas las limitaciones del agua dulce, El agua dulce es sólo el 3% y de ese 3% el 1% está disponible para nuestro uso es menos del 0.001% del agua en el planeta. «Cultivar peces en agua dulce no es sustentable a largo plazo. Esta agua es esencial para el consumo humano y otras actividades vitales. En cambio, el uso de agua salada, que abunda en el planeta, es una opción más estratégica y sostenible», argumentó Fernández.
El proyecto ha demostrado ser una oportunidad para la formación de nuevos profesionales en el campo de la acuicultura. «En San Antonio Oeste estamos preparando a nuestros estudiantes para ser líderes en esta industria emergente. Ya tenemos casos exitosos de alumnos que han realizado sus tesis en reconocidos centros internacionales, lo que demuestra el potencial y la calidad de nuestra formación», destacó el biólogo.
La colaboración entre el CIMAS y la Subsecretaría de Pesca ha sido concluyente para el desarrollo de esta investigación, que no solo busca innovar en técnicas de cultivo, sino también promover la producción local de alimentos para peces. «Si somos ambiciosos, podemos incluso producir el alimento aquí mismo, cerrando un ciclo productivo que beneficiaría enormemente a la región», afirmó Fernández.
Con una demanda global de pescado en aumento y una creciente conciencia sobre la alimentación sana, esta investigación pionera podría posicionar a San Antonio Oeste como un referente en la acuicultura sustentable. «Es el momento de ser visionarios y proyectar el futuro. Esta actividad no solo es viable desde un punto de vista comercial, sino también indispensable para garantizar la sostenibilidad ambiental», concluyó.

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