La trata de personas implica el aprovechamiento de una situación de vulnerabilidad (económica, emocional, de género y/o edad, etc). Afecta la integridad y libertad de las víctimas que pueden ser trasladadas, aisladas e incomunicadas.
El delito de trata con fines de explotación sexual afecta principalmente a mujeres y disidencias; mientras que el de trata con fines de explotación laboral afecta principalmente a migrantes y puede darse en zonas urbanas (talleres textiles o trabajo doméstico) y rurales (frecuentemente en cosechas estacionales).
“Se recomienda, ante una posible entrevista de trabajo, informar a conocidos sobre el lugar y con quien se van a reunir. Buscar referencias sobre la actividad y la empresa y sobre todo hacer valer tus derechos laborales. La culpa nunca es de la víctima, pero tomar precauciones puede marcar la diferencia” indicó Angélica Calfin, coordinadora del programa provincial de Asistencia a las Víctimas del Delito de Trata.
De manera completamente anónima se puede denunciar la desaparición de personas, prostíbulos encubiertos, avisos de prostitución, reducción a servidumbre o trabajo forzado, y explotación infantil. Si algo te hace dudar, hacé tu denuncia anónima llamando al 145, las 24 horas, todos los días del año.