Hace mucho tiempo que no escribo, dando a conocer mi punto de vista de distintos tópicos de nuestra comunidad. De hecho la ultima vez que publiqué en esta columna lo hice sobre un tema que hoy vuelve al primer plano y nos involucra a todos los que en los 4 centros urbanos de nuestra comunidad vivimos.
En aquella oportunidad referí a una “Sucesión de chambonadas” que habían generado y alentado la decisión de muchos de nuestros convecinos de Las Grutas escindirse de nuestro municipio, para constituir uno propio y ajeno al conjunto sanantoniense.
La justicia provincial se expidió declarando inconstitucional la ley que la actual legislatura sancionó para habilitar la municipalización de nuestro balneario, por lo que aquella intención quedaría solamente en eso. No descarto, que se puedan interponer recursos de alzada ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación y quien sabe tal vez hasta en foros internacionales.
El tema, al menos desde mi criterio, ahora pasa en “qué hacemos” con este tema; ¿cómo superamos este desencuentro?; ¿como tendemos los puentes para una REAL integración con aquellos que por distintas razones no quieren ser mas nuestros convecinos?
La propia nueva Carta Orgánica Municipal nos da las respuestas y herramientas; la elección de los respectivos y correspondientes Delegados Municipales por parte de quienes habitan Las Grutas y San Antonio Este. Sin especulaciones baratas respecto a si es de “mi palo” o no a quién elijan, y sus partidos tendrán que proponer a los electores sus mejores candidatos, para no enajenar su poder, llegado el caso.
En el artículo de julio de 2015 refería una serie de acciones para “acercar” el gobierno communal a los vecinos de Las Grutas, decía que a esta altura del partido no era concebible que el intendente no se constituyera personalmente al menos un par de días a la semana para atenderlos y gestionar “al pie de la vaca”. Identica actividad tendrían que hacer sus secretario y funcionarios más importantes y también los otros organos del gobierno communal, para, según dije, “hacerles sentir que nos importan y consideran” como vecinos de nuestra gran comunidad.
Se puede convivir perfectamente en la diversidad, sin arriar banderas, simplemente respetando el modo y la forma de cada uno, en tanto y en cuanto sumen al bien comun.
Entiendo que a esta circunstancia nadie debiera tomarla, ni como una victoria, ni una derrota; en todo caso una oportunidad, para “barajar y dar de nuevo” y entre todos articular, concertar, planificar el futuro que se nos viene encima como un gran alud, y que muchos de afuera ven venir y que muchos de aqui no quieren ver. No hay lugar ni es momento para agravios ni rencores, los pueblos que progresaron lo hicieron deponiendo enconos y superando diferencias y trazando un destino común para todos y cada uno y trabajando juntos para lograrlo.
Julio Ramón Alcalde.-