Tres investigadores del Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos Almirante Storni (CIMAS) perderán su trabajo.
La política de ajuste en el CONICET también llegó a Rio Negro. Esos recorten ya afectaron a San Carlos de Bariloche, y ahora es el turno del CIMAS, ubicado en San Antonio Oeste, los recortes de personal harán que tres investigadores pierdan su fuente de trabajo y el presupuesto para funcionamiento anual se redujo de 350 a 170 mil pesos.
Hace menos de dos años, en agosto de 2015 (foto), el CONICET había firmado el convenio de creación del Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos Almirante Storni. En aquella oportunidad, el por entonces Presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Dr. Roberto Salvarezza, sostuvo que: “Este centro interinstitucional representa una fase superior para el Consejo al sumar a otras instituciones para generar una acción mucho más integral en la región norpatagonica”, y remarcó “la intención de que San Antonio Oeste pueda convertirse en un polo científico que, con más infraestructura, atraiga a los jóvenes investigadores”.
Un año y medio después, los recortes presupuestarios y de investigadores, hacen peligrar la tarea que el CIMAS desarrolla.
El CIMAS funciona bajo la estructura del Instituto de Biología Marina y Pesquera ¨Almirante Storni¨, administrado conjuntamente por la Universidad Nacional del Comahue y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Río Negro.
La institución se dedica a realizar investigaciones en Ciencias Marinas, orientadas al manejo de pesquerías y sobre todo a la búsqueda de un conocimiento integral del ecosistema marino. El equipo de profesionales, unas 15 personas entre investigadores, becarios y personal de apoyo, depende de forma directa del organismo madre de la ciencia argentina.
“Algunos investigadores que eran becarios pos doctorados a quienes se les ha aceptado su promoción a la carrera de investigación por parte del Directorio del CONICET, no ingresaron por falta de cupo para este año, ya que se va a sostener el mismo número que el año pasado, según pude leer en la prensa”, explicó Oscar Padín, director del CIMAS.
Agregó que “en nuestro centro, que somos pocos, (ese congelamiento) serían unos tres cargos y también nos ha limitado el ingreso de un cargo administrativo y un profesional de apoyo. Incorporar nuevos becarios e investigadores es lo que hace al crecimiento institucional y a la evolución de cualquier organismo”, planteó.
Padín explicó que de manera inmediata -es decir en los próximos meses- ninguno de los proyectos emblemáticos que se desarrollan en el CIMAS se verá afectado, pero, en cambio, reconoció que no se podrán sumar nuevas líneas de investigación, tal como lo tenían planificado.
“Hay algunos becarios que han hecho su carrera aquí antes de adquirir su doctorado, después han obtenido la beca pos doctoral para terminar de formarse, para iniciar una línea de trabajo específico y esa gente va a quedar sin posibilidades de tener ahora un respaldo, un apoyo laboral”, detalló.
¿Qué hace un investigador si no puede investigar? Para ellos sólo quedan algunas alternativas o complementos como la docencia, pero el dinero invertido por el Estado en su formación y el tiempo que ellos mismos han dedicado, queda desechado.
Padín completa la idea: “Por lo pronto, todos los investigadores que han sido aprobados por el Directorio para ingresar y que no han sido incorporados por falta de cupo, están pidiendo una reconsideración y en nuestro caso todos tienen un respaldo explícito de la autoridad provincial y del rectorado de la Universidad. Pero de todas maneras, a pesar de que esperamos que alguno pueda ser reincorporado está muy difícil la situación”.
Además de la crisis de Recursos Humanos -que son fundamentales en investigación- la crisis interrumpe cualquier posibilidad de crecimiento, en el aspecto edilicio, en la compra de equipamiento e insumos. “La investigación científica responde a un programa integral, y en eso también se han interrumpido los fondos, o por lo menos, está muy disminuido el presupuesto”.
Para 2017, el CIMAS pidió al CONICET, sólo para gastos corrientes, 350 mil pesos, y ese monto se redujo alrededor de 170 mil pesos. “Es lo mínimo indispensable para gastos muy puntuales”, se quejó Padín.
El horizonte para el desarrollo científico en San Antonio y Río Negro no se ve claro, y en palabras del Director del CIMAS, la crisis “se tiene que resolver de una manera integral. Que a esos mismos investigadores, cobren el sueldo, estén en un laboratorio y se les solucione su problema personal, no resuelve el problema de la producción científica nacional”. (Fuente: enestosdias.com)