Miles de peregrinos rindieron homenaje al santo don Artémides Zatti





La devoción por Artémides Zatti, el llamado “El enfermero Santo de la Patagonia», se transformó hoy en una emotiva ceremonia al conmemorarse 72 años de su fallecimiento en Viedma. La misa central fue presidida por el rector mayor de la Obra de Don Bosco, a nivel mundial, el español Ángel Fernández Artime.


La ceremonia religiosa fue seguida al rayo del sol en el patio de la iglesia de Don Bosco por familiares del santo viedmense y casi 500 peregrinos quienes viajaron especialmente para este acontecimiento desde La Pampa, Neuquén, alto valle, Córdoba, Bariloche, Río Gallegos, San Juan, Caleta Olivia, Esquel, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), conurbano bonaerense y de la zona atlántica rionegrina, entre otros puntos del país.

Desde que don Zatti fue inscripto por el Papa Francisco en el registro de los santos, su materialidad sagrada comenzó a jugar un papel destacado en la estructura emocional de gran cantidad de personas, y todo a partir de por los menos tres milagros, uno de los cuales no figura en los libros del Vaticano.

Fue proclamado beato en 2002 por el Papa Juan Pablo II por el milagro que salvó la vida al padre Bossio, y el que lo ungió a la segunda escala fue la salvación de un ciudadano filipino. Un tercer caso, se registró en Viedma cuando una mujer con su cuerpo quemado, imploró su curación hasta que se produjo.

“Hoy nos une una especial mediación del Espíritu de Dios como es Artémides Zatti”, afirmó Fernández Artime en la ceremonia religiosa en un pequeño palco en el que se encontraba la urna con los restos del santo.

El rector mayor, quien bendijo alimentos para hogares y saludó a los familiares tanto de Viedma como quienes viajaron desde Mar del Plata, destacó también que el tercer santo argentino “sirvió a los más pobres con amor y alegría”.

Los lazos de afecto y emoción tuvieron su punto culminante cuando un emocionado Pedro Narambuena, entregó un presente que contiene un trozo del pantalón de don Zatti, y colocó como atuendo al ilustre visitante con el guardapolvo que usaba don Zatti.

Narambuena jugó un rol significativo en las gestiones que derivaron en la canonización del laico salesiano. Apelando a términos futbolísticos destacó la figura de Fernández Artime que “a veces parece arquero porque debe atacar penales,  jugar de mediocampista ya que tiene que distribuir el juego, y también de 10 metiendo goles”.

Durante el oficio religioso se empleó un caliz obsequiado al lider de las misiones salesianes en la Argentina, el cardenal Juan Cagliero, por Juan Bosco, cuya obra salesiana está presente en 130 países, mientras un grupo musical entonaba un carnavalito en honor a Zatti llamado «Cuando nos das tu bendición».

Acompañaron a Fernández Artime los obispos de Viedma, Esteban Laxague y el de Zárate-Campana, Pedro Laxague, el arzobispo de Bahía Blanca, Carlos Azpiroz, sacerdotes y diáconos, quienes viajaron de distintos puntos del país.

También acudió la monja Silvia Boullosa, inspectora de las Hijas de María Auxiliadora de la Inspectoría Laura Vicuña, las Hermanas Canossianas, de la Sagrada Familia, Misiones mexicanas, Carmelitas Descalzas y representantes de otros credos religiosos.

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