Modesto “cacho” Ponce se sigue calzando los cortos para salir a la cancha en el fútbol de veteranos “yo le juego igual a los de 38 como a los 50, porque mi vida es una cancha de fútbol” dice el eterno mediocampista de San Antonio Oeste.
El tipo paseó su estilo por distintos estadios, una gambeta sutil, dominio del balón que aún conserva.
“Tengo el apoyo siempre de mi familia, porque les dije, el día que deba morir, que sea dentro de la cancha” recordó a sus padres ferroviarios, que también siempre le daban su apoyo.
“Todos conocen mi historia, de como llevé el fútbol de San Antonio a varios lugares” y le digo que no, que los más jóvenes deben saberlo, conocerlo. Siempre sostengo que los mejores espejos del deporte uno lo deben encontrar en su lugar y “cacho” es el reflejo del buen balompié.
“En otros tiempos no se ganaba la plata de ahora, pero también era más difícil ser un jugador del interior, porque no se tenía esa oportunidad que hoy tienen los chicos, ahora te mandan un video por como juega y con eso ya se contactan” comenta con un halo de añoranza de esas épocas en que “lustraba la pelota” con su prestancia.
“Acá en San Antonio había grandes jugadores, muy buenos, pero no tuvieron la posibilidad” agrega el veterano jugador.
Cacho se jubiló como trabajador portuario. Ayer domingo, a los 72 años, lo cumplió el último 15 de mayo, se calzaba las zapatillas para volver a jugar, mientras los “pibes mayores” lo siguen admirando.
Este crack tiene su homenaje en vida, el Paseo Ferroviario lleva su nombre, allí donde se desarrolla el fútbol infantil, para que ellos sepan que aún hay un excelso futbolista, deambulando entre nosotros. (C.A. imagen arriba LMCipolletti)
-Cacho Ponce y su inefable admirador Emanuel Bidegain.