Tras los hechos ocurridos en el CIMAS la semana pasada, la situación aún no llevó calma a los pescadores artesanales. Podría haber reuniones estos días.
Un vasto sector de la pesquería artesanal se resiste a los permisos de los barcos de la flota roja. Según señalaron la semana pasada, no quieren que pesquen en la zona de las 8 millas establecidas por el acuerdo, aunque varios lo hicieron.
También se supo que hubo empresas que pidieron sacar el producto entero, pero la subsecretaría de pesca no permitió, además multó a las empresas que pescaron dentro del área no permitida.
El informe de captura que realiza la secretaría de pesca de Nación, cada año consecuentemente, informó que las capturas, el 90% la realiza la flota de barcos y el resto del 10% lo hacen las lanchas artesanales.
Lo que moviliza justamente a este sector, es que se pierda considerablemente ese 10% por el volumen que atrapan esos barcos.
Los buques pesqueros de mayor calado, necesitan, según las empresas, para movilizarlos, tener una captura importante mayor a 1500 cajones para que el rédito sea sostenible.
Desde el año 2017 hasta el momento el aumento de embarcaciones fue sostenido, no solo por la flota industrial, sino también la artesanal. La llegada del langostino cambió el paradigma y todos esperan obtener el fruto de mar más preciado para la pesquería.
La política es la única hasta el momento que puede solucionar el tema de la pesca en San Antonio Oeste. El escenario es de incertidumbre.