Walter Sequeira, presidente de la Cámara de Comercio de Las Grutas y de la Federación de Entidades Empresarias de Río Negro (FEERN), expresó su malestar por los recientes operativos de decomiso de carne realizados por la Policía de Río Negro en San Antonio Oeste y Las Grutas, que generaron una fuerte reacción en el sector comercial local.
«Lo que ocurrió no fue por carne en mal estado ni por productos robados, sino por cuestiones de habilitaciones que ni siquiera estaban claras para muchos de nosotros», afirmó Sequeira, quien además relató haber sido personalmente afectado por el procedimiento. «A mí me llevaron dos pulpas y unos 40 kilos de chorizo que estaban perfectamente conservados y destinados a la venta».
Según explicó, los operativos sorprendieron tanto a los comerciantes como a las propias autoridades locales. «Me reuní con el intendente Adrián Casadei, quien desconocía completamente el operativo. Desde el área de comercio municipal también dijeron que no estaban al tanto», señaló.
El eje de la polémica gira en torno a la elaboración de productos como chorizos y embutidos en carnicerías, que, según se explicó a posteriori, requiere una habilitación específica como «para chacinado». «Esto no estaba debidamente informado. Casi todas las carnicerías hacen sus propios chorizos, es parte de la costumbre», sostuvo el dirigente.
Sequeira calificó como «alevoso» el accionar de las fuerzas policiales. «Entraron hasta los fondos de los locales, se metieron en cámaras de frío y se llevaron incluso alimentos personales, no destinados a la venta. En mi caso, carne para consumo familiar», relató. Además, alertó sobre la pérdida económica que implica este tipo de operativos: «Se llevaron más de 100 kilos de carne de algunos locales, lo que puede representar un millón de pesos. Hay carniceros que están al borde del cierre».
El presidente de la Cámara también criticó el destino final de la mercadería decomisada: «Después la tiraron en un descampado, y hubo vecinos que fueron a buscarla para consumirla. Estamos hablando de carne buena, no en mal estado. De los 2.000 kilos incautados, te aseguro que al menos 1.800 estaban en perfectas condiciones».
La federación que encabeza Sequeira solicitó de forma urgente una reunión con autoridades provinciales para esclarecer lo sucedido y revisar los criterios que se aplican en este tipo de procedimientos. «Entendemos la importancia del control sanitario, pero no se puede actuar con esta arbitrariedad. Se necesita claridad, comunicación previa y respeto a los comerciantes que día a día luchan para sostener su negocio en una economía tan difícil», concluyó.
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