Cuatro legisladores provinciales presentaron un proyecto de ley para regular la actividad recreativa en la costa marítima. Establece la implementación de permisos, límite de capturas y tamaños y fiscalización de torneos, entre otros aspectos.
Entre los fundamentos, los legisladores sostienen que la pesca marítima “ha experimentado en los últimos años un considerable aumento, debido al desarrollo del sector turístico en diversas localidades de la República Argentina, en particular en la provincia de Buenos Aires, y más recientemente también en nuestra provincia”.
Destacan que Río Negro, más allá de las referidas a la pesca industrial y artesanal, carece de una legislación específica, por lo que se requiere “un régimen de control y limitaciones específicas, que deberían sumarse a las medidas de conservación y protección de los recursos establecidos con carácter general en la regulación pesquera rionegrina”.
La normativa impulsada por los cuatro legisladores establece que el control de su cumplimiento estará a cargo de la Subsecretaría de Pesca que, como autoridad de aplicación deberá definir una zonificación donde estará habilitado realizar la actividad.
El organismo también tendrá que autorizar las especies que se pueden capturar, la cantidad y las tallas mínimas permitidas.
En cuanto a los instrumentos a utilizar, solo se admitirá el uso de caña y reel.
Aclara que estará prohibido el uso de luces y otros medios de atracción, como también cualquier otra sustancia “venenosa, narcótica, explosiva o contaminante”.
Controles y sanciones
El control del cumplimiento de la ley propuesta será función de la Subsecretaría de Pesca a través de sus agentes propios o de otros organismos estatales.
Está previsto un esquema de sanciones a los incumplimientos, desde la suspensión y revocación del permiso, multas económicas y decomiso de los equipos de pesca.
Protección de tiburones
El proyecto tiene un aparatado referido a la protección y conservación de especies en riesgos, como los tiburones costeros Escalandrun (Carcharias taurus); Bacota (Carcharhinus brachyurus); Azul (Prionace glauca), Gatopardo (Notorynchus cepedianus), Cazón (Galeorhinus galeus) y Tiburón martillo (Sphyrna zygaena).
En todos los casos el sacrificio de los ejemplares está prohibido, por lo que será obligatoria la devolución al agua.
Los concursos deben ser autorizados
En cuanto a los concursos de pesca, muy difundidos en la costa rionegrina, deberán contar con la autorización de la autoridad de aplicación, además de las previsiones establecidas por la Prefectura Naval acerca de las condiciones de seguridad marítima.
Se define que los organizadores deberán dar cumplimiento a los cupos y tallas de las especies habilitadas, como también la devolución de las protegidas.
Además, al culminar el certamen los responsables tendrán que presentar una declaración jurada “de todas las capturas y sueltas realizadas en el evento”.
Rechazo: advierten los perjuicios del proyecto
La noticia de la presentación de la propuesta para controlar la pesca en mar motivó fuertes críticas entre los aficionados a la actividad, a la que consideran recreativa y con poder relajante, entre otros beneficios.
“Un proyecto de cuatro iluminados que bajo manto de pseudo protección ambientalista, solo destruyen el comercio y el turismo de nuestra provincia, emitiendo marcos regulatorios que solo van a conseguir que la gente de la región que viene un fin de semana a pasar un día en familia en nuestras costas, ´tirar la caña´ y disfrutar de la pesca, o no vengan más o se irán a pescar a otra provincia sin tantos requisitos y regulaciones, dentro de un marco que solo busca recaudar $$$ y que en nada protege o soluciona un peligro que no existe, desde el punto de vista de la pesca deportiva o recreativa”, expresó en sus redes sociales Jorge Durán, guía de pesca, integrante del club de Pesca Náutica, Caza y Buceo de Las Grutas y propietario de un comercio del ramo.
Aclaró que “estoy de acuerdo en proteger las especies en peligro como el tiburón u otros peces amenazados”, pero advirtió que la iniciativa podría afectar “al turismo, el comercio y las actividades deportivas como los concursos de pesca”.
“Hay otras cuestiones que ponen en riesgo el caudal ictícola de nuestras costas. Pero estoy más que seguro, que no es el pescador deportivo o recreativo el responsable y por sobre quienes recae este marco regulatorio sin sentido”, resaltó. (Publicado en LMCipolletti)