Los representantes de las provincias patagónicas que participaron hoy de la reunión convocada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) en General Roca, y que fue presidida por su titular, Jorge Dillon, firmaron un documento solicitando el Ministro de Agroindustria de la Nación, Ricardo Buryaile, que instruya al organismo sanitario para que “bajo ningún concepto permita el ingreso de carne con hueso al sur del río Colorado”.
La misiva especifica que esta situación deberá mantenerse hasta tanto se cumpla una serie de requisitos y se superen las limitaciones existentes en la actualidad, que podrían poner en peligro el status sanitario logrado por las provincias sureñas.
Las autoridades de las provincias patagónicas, ubicadas al sur del río Colorado, pidieron, además, que la Nación destine los recursos suficientes para el funcionamiento efetivo y eficaz de la Barrera Zoofitosanitaria, y pusieron a disposición su apoyo en este sentido.
El encuentro, convocado a fin de priorizar las estrategias sanitarias a consolidar en el sur, contó con la presencia también del secretario de Agricultura de la Nación, Ignacio Graciarena; el Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de Río Negro, Marcelo Martin; y sus pares de Chubut, Hernán Alonso, y de Santa Cruz, Javier de Urquiza; además representantes de la carteras productivas de Neuquén y de Patagones.
También participaron el titular del Centro Regional Zona Norte de SENASA, Ricardo Sánchez; el secretario de Fruticultura de Río Negro, Alberto Diomedi; y los subsecretarios de Agricultura, Nicolás Stier, y de Ganadería, Tabaré Bassi.
Sobre la decisión, consensuada por las provincias patagónicas, de pedirle a la Nación que no permita el ingreso de carne con hueso desde el norte del río Colorado, el Ministro Martin argumentó que, de no mantenerse esa prohibición, “se perdería toda la potencialidad, apoyo, e inversiones en la Patagonia, porque el negocio de la ganadería recibiría un golpe muy fuerte”.
“Nosotros no gozamos de las mismas ventajas que un productor de la Pampa Húmeda, ya sea por los insumos, los granos, la invernada, o el precio del gordo. Todo allí nace de un valor muy inferior al nuestro, entonces estamos en un plano muy desparejo”, señaló.
El rionegrino indicó además, que “si pensamos desde el punto de vista del consumidor, el 60% de la carne que hoy se consume en la Patagonia viene del norte de la barrera, con lo cual, la carne ya está. No podemos presumir que el asado hará que baje el precio de los cortes, no estoy tan seguro”.
En este sentido, añadió: “De lo que sí estoy seguro, es que, a nivel productivo, tendríamos que dedicarnos a otra cosa. Son muchos los elementos que se ponen en juego y ahí hay definiciones políticas, como ingresar el hueso plano a una zona. Pero de hecho, los países del circuito no aftósico, por algo no están comprando carne con hueso”.
Martin adelantó también que Río Negro marcó en el encuentro la posibilidad de la Provincia de trabajar con la policía en los controles de la Barrera Zoofitosanitaria, para tomar acciones directas: “Pasa un vehículo con carne de contrabando y se lo puede retener hasta que paguen una multa. Y de esas multas vamos a corregir los montos, porque no son ejemplificadores ni generan un daño al infractor”, adelantó.
“Podemos tener a la policía como una fuerza alternativa al inspector del SENASA. La Provincia pondría los adicionales necesarios en los puntos estratégicos. Si hoy tuviéramos, por ejemplo, un reclamo de los trabajadores, que es justo y el gremio lo lleva adelante, tendríamos que dejar una barrera, por dos o tres días, sin protección”, afirmó.
El Ministro aseguró que se cuenta con el acompañamiento del resto de las provincias: “Vamos a pedir la colaboración del sector privado para poder buscar los fondos necesarios, a fin de tener adicionales en la barrera”.
Finalmente, Martin ratificó la postura de Río Negro, trazada por el gobernador Alberto Weretilneck, sobre la evolución del costo de la carne: “Que ingrese el asado del norte, no quiere decir que se baje el precio del resto de los cortes. Así que no está claro lo del precio más barato. Lo que sí está claro es el daño que se provocaría al productor, que hoy ya ha invertido, y el daño potencial por las inversiones que no se harían en la Patagonia”.