Un dedo en martillo es una deformidad del dedo que se da cuando el tendón que endereza el dedo (el tendón extensor) se lesiona. Cuando una pelota u otro objeto golpean la punta del dedo, doblándolo bruscamente, esa fuerza desgarra el tendón que endereza el dedo o lo arranca de su inserción ósea. La punta del dedo permanece doblada sin lograr voluntariamente enderezarlo. Esta afección a veces se denomina dedo de beisbolista.
Síntomas.
En un dedo en martillo, la punta del dedo se cae: no se puede enderezar por sí sola. Es posible que el dedo duela y esté inflamado y se ponga morado, en especial si hay una fractura asociada, pero a menudo lo único presente es la incapacidad de enderezar la punta.
Diagnóstico.
El diagnóstico es evidente por la apariencia del dedo. El médico a menudo pide radiografías para ver si se desplazó un fragmento de hueso o no y para asegurarse de que la articulación esté alineada. Es relativamente sencillo.
Tratamiento no quirúrgico.
La mayoría de las lesiones de dedo en martillo se pueden tratar sin cirugía. Se debe aplicar hielo de inmediato y debe mantenerse la mano en alto hasta recibir atención médica en un plazo de pocos días. El tratamiento consiste en un “entablillado” del dedo mediante una férula que mantenga en extensión el dedo varias semanas. Existen férulas prefabricadas de uso más práctico para el dedo en martillo. El dedo por lo general recupera una función y una apariencia aceptables con este tratamiento. Se puede pensar en una reparación quirúrgica cuando las lesiones del dedo en martillo tienen fragmentos óseos grandes o una mala alineación articular.
Dr. Edgar Torres, traumatólogo, Hospital A. Serra.
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