Un marinero con más de 30 años de trabajo en buques deberá ser indemnizado por la Aseguradora de Riesgos de Trabajo, luego de sufrir lesiones incapacitantes en la columna cervical y lumbar.
El hombre sufrió un episodio agudo de dolor lo que originó su desembarco. Fue atendido en San Antonio Oeste por un médico. Le indicaron reposo por diez días y ordenó una serie de estudios clínicos.
La ART rechazó la denuncia del accidente del trabajo, y dijo que las patologías no se debían a la labor desarrollada en el barco.
El marinero inició una demanda judicial. Dijo que la lesión era producto de la realización de movimientos de fuerza repetitivos durante los embarques, al manipular cajones de pescado de entre 35 y 45 kg. y otros elementos pesados en posiciones forzadas de la columna lumbar y cervical.
El hombre explicó que desde hace treinta años se desempeña como marinero en variados buques pesqueros. La presentación judicial se inició con la pretensión de que se reconozca y determine la incapacidad que padece, producto de las enfermedades profesionales producidas por las tareas desarrolladas.
Por su parte, Galeno ART negó los hechos, pero para los jueces en el expediente “se ha producido la prueba ofrecida” que “ha acreditado de modo suficiente los hechos relatado” por el trabajador.
Un testigo compartió con él labores en un buque con capacidad para más de 2000 cajones de langostinos. Relató las largas jornadas de trabajo de los marineros, brindó detalles de en que consistía el trabajo y de los padecimientos físicos de quien inició la demanda.
Otro testigo coincidió y agregó que el trabajo era continuo hasta completar las bodegas del barco; que tenían muy pocas horas de descanso; que el trabajo es durante todo el día.
Una médica pericial examinó al marinero y aseguró que “las tareas a las que estaba expuesto fueron suficientes para afectar el eje columnario al realizar esfuerzos repetitivos y forzados durante más de 10 años en condiciones de temperatura extrema y oleaje del mar que daba inestabilidad”.
Tras realizar los cálculos correspondientes, los jueces de la Cámara Laboral de Viedma condenaron a la ART a abonar una cifra cercana al millón de pesos al trabajador.