Dos mujeres estaban imputadas por tráfico de droga, una reside en San Antonio Oeste y la otra en Villa Regina, la del alto valle remitía un paquete cada mes y la residente local lo retiraba. Ambas quedaron sin culpa y cargo.
Una mujer de San Antonio Oeste retiraba mensualmente encomiendas con estupefacientes en paradores de ómnibus, pero no se sabe cuál fue el camino posterior al recibir la droga porque desde el ámbito policial no se investigó.
Si bien el proceso de la pesquisa de la policía de toxicomanía llegó hasta el momento del retiro de los paquetes, una vez apresadas las ambas personas, mayores de edad, no escudriñaron, ni realizaron más allanamientos, siquiera se intervino con los medios correspondientes, la ruta a seguir del posible narcomenudeo.
Inicialmente la causa fue establecida como “tráfico de estupefacientes en la modalidad transporte” y si bien los fiscales federales en el texto de la sentencia realizan un enfático llamado de atención por la “dejadez” de la investigación, deben afirmar que “no teniendo antecedentes condenatorios ni de suspensión del proceso a prueba, es que consideró oportuno la supensión del proceso en la presente causa”.
Incluso mencionan que la cantidad que recibía la mujer que quedó liberada, no teniendo antecedentes condenatorios ni de suspensión del proceso a prueba, la cantidad no es poca, considera que no existen elementos que acrediten que eso lo fuera para comercializar.
Incluso mencionan que “la cantidad no es poca” la que recibían, pero el fiscal determina “que no existen elementos que acrediten que eso lo fuera para comercializar” por falta de averiguación de los hechos posteriores al recibir la droga.
Finalmente el juez federal Cabral falló «dejar sin efecto las obligaciones y prohibiciones impuestas al concederles sus excarcelaciones» pero sí pagando un resarcimiento por el proceso de 10 mil pesos al hospital «Aníbal Serra» en cinco cuotas de 2 mil pesos.
QUÉ TE GENERA ESTA NOTICIA
