La reforma que permite la prisión preventiva en casos de violencia de género entró en vigencia los primeros días de enero y esta semana mostró su utilidad: una jueza del alto valle pidió la preventiva de un hombre que golpeó a su expareja, el pasado fin de semana.
La iniciativa parlamentaria que modificó el Código Procesal Penal de Río Negro para permitir la prisión preventiva en casos de violencia de género mostró su utilidad días atrás cuando una jueza del alto valle pudo dictar la prisión preventiva de un hombre que golpeó a su expareja, el pasado fin de semana.
Con autoría de los legisladores Lucas Pica, Graciela Valdebenito, Julia Fernández y Facundo López, la reforma fue aprobada por unanimidad y entró en vigencia el pasado 5 de enero. A la legislación vigente se le introdujo un inciso que señala que se acepta la procedencia de la prisión preventiva cuando “el imputado haya incumplido medidas de restricción impuestas en razón de violencia de género”.
En igual sentido, la modificación establece que habrá entorpecimiento de la investigación cuando el imputado “continuara el ejercicio de violencia de género contra la víctima: hostigando, intimidando, amenazando, dañando o atentando de cualquier forma contra su integridad física y/o emocional. En este supuesto, la prisión preventiva podrá aplicarse aun en el caso donde “prima facie”, de recaer condena, ésta pueda ser de ejecución condicional”.