Ocurrió el 17 de enero de 1779; José Ignacio Goicochea, capitán del bergantín “Nuestra Señora del Carmen”, de la expedición de Juan de la Piedra, envía al teniente Pedro García a explorar la bahía. Por ser el día de San Antonio Abad, le impone este nombre.
Aguas adentro, la bahía
Hacia 1778, en concierto con la creación del Virreinato del Río de la Plata, la preocupación de la Corona de España frente a los rumores de posibles invasiones inglesas a las tierras colonizadas, generó una importante etapa de expediciones por la región patagónica, sus mares y sus ríos.
El 15 de diciembre de 1778, una flota de cuatro embarcaciones y más de un centenar de hombres al mando del comandante Juan de la Piedra zarpó de Montevideo (Uruguay) con la misión de excursionar tierras y aguas australes.
Poco menos de un mes después, el 9 de enero de 1779, el bergantín “Nuestra Señora del Carmen”, comandado por José Ignacio Goicoechea, se introdujo por primera vez en las aguas de la ignota bahía de San Antonio.
Algunos detalles de este acercamiento despertaron el interés del comandante de la Piedra, que dispuso escudriñar la zona, al menos en una nueva excursión. En esa segunda ocasión, el capitán envió al teniente Pedro García.
A bordo del barco que había tripulado Goicoechea una semana atrás, el subalterno cumplió órdenes y se internó aguas adentro.
Pese a las dificultades para adentrarse en el saco de la bahía, el bergantín logró penetrarla el 17 de enero de 1779. Como era el hábito, esa jornada el calendario santo decía que era el día de San Antonio Abad.
Al igual que cuando había sido vislumbrado el gran golfo de San Matías, una vez más estos lugares deberían uno de sus nombres a otro santo.
La posición geográfica de la bahía de San Antonio corresponde a los 60 grados 42.30 longitud oeste y 40 grados 42.24 latitud sur.
Dentro de la misma se emplazan dos localidades: Puerto de San Antonio Oeste y Puerto de San Antonio Este.