Tiempos sinérgicos (nota de opinión)

julio




Entre la cantidad de frases que a lo largo de su vida política expreso, tanto desde el poder como desde el exilio, con la eterna vigencia del clásico, Juan Domingo Perón destaco: “A esto lo arreglamos entre todos los argentinos, o no lo arregla nadie”. Sumada a otra frase, quizá más celebre, aunque pronunciada un par de miles de años antes por Aristóteles y algunos siglos más cerca por Kant “La única verdad es la realidad”, ambas describen claramente la solución a nuestros padeceres como ciudadanos y gobernantes de manera categórica.
La cruda realidad nos aflige y nos obliga a tomar conciencia de la decadencia de nuestro país y de sus gobernantes, que nos han cambiado la identidad política de “Ciudadanos” por la de “contribuyentes” es decir los que pagamos la fiesta y los desaguisados que ellos, los que nos gobiernan, supuestamente en nuestro nombre, lograron.

Es triste y patético ver que quienes, tras 12 años de gobernar omnímodamente, hablan como si recién hubieran llegado de Yugoslavia en el tren de esta mañana, sin hacerse cargo, aunque sea de una ínfima porción de la responsabilidad por lo que padecemos hoy, y siguen abrevando en su libreto “Lacauano”, pensando que la hecatombe de nuestro país a ellos no solo no los va a alcanzar, sino que los va a favorecer para volver al poder.
Lo concreto es que aquí y ahora, nadie individualmente, ni persona, ni partido, ni gremio, ni corporación alguna, está en capacidad de parar la avalancha, ni mucho menos poder recomponer las ruinas. La magia ni existe, ni alcanza para resolver la situación que atraviesa nuestro país, que paradójicamente puede producir alimentos para 400 millones de personas y con una población del 10% de ese total de cada 3 niños 2 son pobres, si esto no es el absurdo, ¿el absurdo, donde está?

La hora y la situación de nuestro país, provincia o municipio son demasiado grandes e importantes como para que alguien desde su sola mirada o interpretación pretenda resolverlas. Es hora de convocar a “de cada pueblo, un paisano” es decir a todo el arco de las fuerzas vivas y que estas aporten a sus mejores representantes y entre todos buscar y encontrar la forma de zafar la varadura y encaminar con buen rumbo el barco de cada municipio, provincia y nación. Pero además los unos y los otros deberán tener la grandeza de saber aceptar la idea diferente para encontrar la solución que permita superar la realidad que nos agobia. La única manera de abordar la compleja situación es desde la diversidad de ópticas y propuestas, que no se empantanen en discusiones bizantinas o mezquindades partidarias o sectoriales.
Sinergia es el concurso de fuerzas de distinta naturaleza y procedencia con un objetivo común, es decir “Tirar el carro para el mismo lado”, de tal suerte de cambiar la realidad que aflige a la mayoría de nuestros convecinos, comprovincianos y compatriotas sin importar desde donde provengan las ideas para superar la coyuntura. Son tiempos sinérgicos y no hay lugar para mezquindades ni oportunismos. (Julio Ramón ALCALDE.-)

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