Un clima de incertidumbre y preocupación ha envuelto a los trabajadores de la Pesquería Río Salado, debido a los planes de la empresa de precarizar y tercerizar la mano de obra. Desde el año 2018, los empleados han enfrentado desafíos tras la llegada de la empresa, cuya intención inicial era trabajar con una cooperativa.
Recientemente, con la declaración de emergencia pesquera y la resolución provincial, las tensiones han aumentado. Un caso parecido a lo que ya sucedió con «Perla del Este”, desde Río Salado alegan tener graves deudas y también problemas de insolvencia, lo que la ha llevado a proponer un cambio en la estructura de producción: despedir trabajadores y ofreciendo indemnizaciones al resto para que formen parte de una cooperativa y sigan trabajando bajo nuevas condiciones.
Ante esta situación, los trabajadores nucleados en el STIA han presentado una queja ante la Secretaría de Trabajo, denunciando también el incumplimiento de pagos de aguinaldos, liquidaciones incorrectas durante licencias médicas y la falta de aumentos salariales.
Según Juan Ortíz, las intenciones de la empresa han sido cuestionables desde el principio, siempre culpando a los trabajadores de problemas de producción, rechazando procesar ciertas tallas de pescado y dificultando el diálogo con los delegados sindicales. Alegan que el gerente y el titular de la empresa se niegan a dialogar con los representantes de los trabajadores, lo que ha llevado a un estancamiento en la comunicación y ha generado un ambiente de desconfianza y descontento.
Ortíz aseguró en Agenda Abierta, que la emergencia pesquera no es culpa de los trabajadores, ya que se debe a la escasez del producto que ingresa a la planta, no a la falta de esfuerzo de los empleados. Asimismo, sostiene que las dificultades económicas de la empresa no deben recaer sobre los hombros de los trabajadores.
Los delegados sindicales se encuentran preocupados por el futuro laboral de sus compañeros y exigen soluciones concretas a la delegación de trabajo. Hasta el momento, no se han encontrado respuestas satisfactorias, y la incertidumbre persiste entre los empleados de la Pesquería Río Salado.
En este contexto, los trabajadores se mantienen firmes en su postura y luchan por mantener sus derechos laborales intactos, rechazando cualquier intento de precarizar su situación. Mientras tanto, la comunidad de San Antonio se solidariza con los empleados y espera que una pronta resolución permita restablecer la armonía en el sector pesquero y asegure el bienestar de los trabajadores y sus familias.
A continuación el comunicado interno recibido por los obreros del frigorífico