Las playas de San Antonio Oeste y Las Grutas viven jornadas intensas con una amplia variedad de incidentes que dejaron en evidencia el arduo trabajo y la dedicación del equipo de guardavidas del municipio. Mauro Scalesa, jefe de los guardavidas, señaló que existe una coordinación necesaria para garantizar la seguridad en plena temporada.
Dio como ejemplo el sábado por la tarde, dos turistas adultas decidieron probar una tabla recién adquirida en un sector de la costa. Sin embargo, las condiciones climáticas jugaban en su contra: la marea comenzaba a bajar, y el viento sur arrastraba hacia el mar abierto. Al no saber nadar, ambas mujeres quedaron a la deriva. “Si esto hubiese ocurrido en una playa sin señal de celular o lejos de los servicios de emergencia, las consecuencias podrían haber sido mucho más graves”, reflexionó Scalesa.
Además, se registraron rescates múltiples en otras playas. Entre la cuarta y la quinta bajada, cuatro personas fueron salvadas en una operación que involucró a seis guardavidas, lo mismo a una joven entre la segunda y tercera. En Punta Perdices, una niña fue rescatada durante la bajamar, y en la primera bajada se vivió uno de los episodios más alarmantes: la caída de un niño desde un acantilado.
“Lo inmovilizamos con mucho cuidado y lo derivamos al hospital. Aunque no tenía lesiones visibles graves, las caídas de esa altura pueden causar hemorragias internas peligrosas”, explicó Scalesa.
El trabajo de los guardavidas no solo se limita al agua. El domingo hubo varios casos de golpe de calor y descompensaciones, además de lesiones en terrenos complicados. Karina, una guardavidas, sufrió heridas en los pies tras correr descalza por un sector rocoso para asistir a un rescate. “Aunque no es grave, esta lesión la dejó fuera de servicio, y eso complica la planificación porque no tenemos reemplazos inmediatos”, señaló Scalesa.
El clima tenso no se limitó a los accidentes. En Las Grutas, un enfrentamiento entre vendedores habilitados y no habilitados escaló a una pelea física. “Cuando el Estado no actúa rápidamente, estas situaciones pueden surgir. Nosotros intervenimos para separar, pero es difícil evitar que el conflicto se descontrole en pocos minutos”, afirmó el jefe de guardavidas.
El jefe de guardavidas también destacó el gran número de visitantes en playas como Mar Grande y Punta Perdices, que ya superan en afluencia a las playas centrales. “Aunque estas playas son más tranquilas, siempre existe el riesgo de golpes de calor, emergencias médicas o lesiones, por lo que seguimos insistiendo en la necesidad de guardavidas en estas áreas”, sostuvo.
Scalesa hizo un llamado a los turistas y residentes para extremar precauciones. “El viento puede ser muy traicionero, especialmente con elementos flotantes. Además, es vital mantenerse hidratado y evitar exponerse al sol por periodos prolongados para prevenir golpes de calor”, advirtió.
El fin de semana en San Antonio Oeste dejó claro que, detrás de cada día de disfrute en la playa, hay un equipo de profesionales que enfrenta desafíos constantes para proteger a los visitantes. Desde rescates complejos hasta la resolución de conflictos, los guardavidas demostraron, una vez más, ser el pilar fundamental de la seguridad en las playas de la región.
