CARTA DE LECTORES. Hace dos días, el 13 de marzo de 2025, solicité una audiencia con el vicegobernador, el Sr. Pedro Pesatti, para presentarle la propuesta de reflotar el proyecto de nombrar la emblemática Puerta Balcarce de la Casa Rosada con el nombre del Gral. Aliberto Rodrigañez Ricchieri.
No es un hecho menor. Se trata de un homenaje a un militar profundamente democrático. Este proyecto, presentado por el diputado Pineda hace algunos años, obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados, pero no fue tratado en el Senado de la Nación, por lo que quedó en el olvido.
Siento que, como granadero rionegrino, debo tender puentes para que este hombre valioso de la democracia, hoy con 90 años, reciba este homenaje en vida.
Mientras esperaba ser atendido, fue emotivo ver cómo personas del piso 6, donde se encuentra el despacho, se interesaron por escuchar de primera mano esta historia, para muchos lejana en el tiempo.
Llegado el momento de la audiencia, fui atendido durante una hora y media en una charla amena y diversa. Ahora queda darle forma a esta iniciativa como un pedido desde mi provincia, a través del canal natural e institucional que corresponda.
Agradezco el gesto de haberme escuchado y haberse interesado por este hecho, que solo tiene el sentido de homenajear a un gran hombre.
Increíblemente, han pasado casi 59 años desde aquel suceso… y el presente nos marca que es un valor que debe ser defendido cada día en nuestra patria.
28 de junio de 1966 / 13 de diciembre de 2024
Nunca es tarde para cumplir los sueños…
Un reencuentro que esperó mucho tiempo y que, debido a problemas de salud, no fue posible realizar antes, en junio de 2024, durante nuestro viaje a Buenos Aires. Pero quizás la vida nos tenía preparado otro momento único.
Hace exactamente dos meses, tuvimos la oportunidad de abrazarnos como si el tiempo no hubiera pasado, conscientes de que en el medio hubo más de medio siglo.
¡Un abrazo entre tres granaderos que no tuvo rangos!
Oscar Parenti y yo, de la clase 1945, pertenecientes a la Primera Sección del Escuadrón Riobamba, Escuadrón Escolta Presidencial, junto a nuestro jefe de esa sección, el entonces joven teniente primero Aliberto Rodrigañez Ricchieri. Solo hubo afecto, del bueno.
Nos une, más allá de las circunstancias de haber estado bajo sus órdenes cuando teníamos apenas 20 años, un hecho muy movilizante que ya he detallado en otro momento: el golpe de Estado que derrocó al Dr. Illia.
El tiempo pone las cosas en su lugar, y lo que parecía un hecho casi olvidado tuvo y tiene una importancia relevante. Poco se cuenta dentro de la historia política contemporánea. Sin embargo, la democracia no se declama, se defiende, y hubo quienes lo hicieron… Nada menos que defender la democracia por encima de cualquier otra cosa.
Nosotros fuimos testigos y partícipes necesarios, y nuestro jefe de esa sección, el entonces teniente primero Aliberto Rodrigañez Ricchieri, fue el protagonista de este hecho nefasto.
Quizás esta fecha olvidada no signifique nada para algunos argentinos, pero sí significa mucho para estos tres granaderos, ya que juntos pasamos por una situación poco recordada y poco enseñada por historiadores, periodistas y demócratas de esta época.
Vale la pena recordarlo. Y para nosotros, volver a pasarlo por el corazón.
Recordamos con mucho detalle esos momentos, que fueron así…
En ese lunes y martes negro, después de muchas horas de tensión, el teniente primero a cargo de la Casa Militar en la Rosada enfrentó al Gral. Alzogaray, quien exigía la entrega del gobierno. Inmediatamente, le comunicó al Dr. Illia que lo defendería con los 30 granaderos de guardia en la Casa Rosada.
Nos ordenó cerrar las puertas de las calles Balcarce, Paseo Colón y Rivadavia, y resistir si alguien entraba por la fuerza, repeliendo con nuestras armas cualquier agresión.
La decisión del Dr. Illia fue no derramar sangre de sus granaderos (él también lo había sido) y, en la madrugada del martes, después de muchas horas, se retiró rodeado de gente amiga.
Un militar demócrata…
Pasaron muchos años hasta que le devolvieran su rango. Hoy es general de brigada.
Hace unos años, se pensó en nombrar la Puerta Balcarce con su nombre. No prosperó. Ojalá lo hagan en vida, cuando realmente tiene valor. Ante tantas cosas nombradas sin méritos, valdría la pena.
Siempre se habla mal de los militares, pero a mí, personalmente, el servicio militar me dejó enseñanzas que me sirvieron en mi vida.
Y este hecho histórico, desolador por lo que siguió, ha hecho que la figura de Aliberto Rodrigañez Ricchieri se convirtiera, en lo personal, en un modelo a imitar, no con palabras, sino con hechos.
Un día para recordar será este 13 de diciembre.
Nos recibió en su casa, junto a su esposa, y tuvimos muchas horas para conversar sobre tanta historia vivida. Luego, cenamos los tres junto a su esposa Chela y su secretario Ariel, para coronar una noche muchas veces soñada por nosotros.
Increíblemente, fuimos tres «jóvenes unidos por las anécdotas». No pesaron los años. Agradezco a Oscar, que viajó desde Rosario, y al protagonista de esta historia por el cariño hacia estos “muchachos que lo admiran».
Para Oscar y para mí, es un privilegio saber que también somos parte de sus recuerdos, en medio de una vida cargada de sinsabores y responsabilidades.
El importante en esta historia es él.
Ese entonces joven militar que se opuso al golpe propiciado por sus camaradas, sabiendo que tenía los días de su carrera contados y, seguramente, muchos años de escarnio. Que sembró en nosotros buena semilla y agradecimiento, porque los valores forman.
Fiel a las consignas de nuestro regimiento —DEBER, LIBERTAD, VALOR Y HONOR—, defendió en custodia del presidente de turno.
Estos momentos se agradecen, siempre.
Carlos Rubén Landivar
Granadero Rionegrino, clase 1945
1° Sección, Escuadrón Escolta Riobamba
Regimiento de Granaderos a Caballo «General San Martín»