La epifisiólisis de la cabeza femoral o epifisiólisis femoral superior es una separación de la placa de crecimiento del fémur en la articulación de la cadera. Por lo general aparece en la adolescencia temprana, con más frecuencia en los varones. La obesidad es un factor de riesgo importante. La causa es desconocida. Sin embargo, el trastorno puede provenir de un debilitamiento de la placa de crecimiento que puede ser resultado de un traumatismo, una deformidad de la cadera (coxa profunda), complicaciones debidas a la obesidad o a una inflamación, o bien, por los cambios en los niveles de hormonas en la sangre (como un nivel bajo de las hormonas tiroideas) que suelen ocurrir en la pubertad. También contribuyen factores genéticos. La separación hace que la cabeza femoral sufra un deslizamiento progresivo y finalmente acabe perdiendo la irrigación (circulación), evolucione hasta la necrosis y se colapse.
¿Cómo se manifiesta?
El primer síntoma es rigidez o un leve dolor en la cadera. Sin embargo, puede parecer que el dolor proviene de la rodilla o del muslo. Hasta el 15% de los pacientes debutan con dolor en la rodilla o el muslo, y el verdadero problema (la cadera) puede pasar inadvertido hasta que empeora la epifisiólisis. A veces, el examen temprano de la cadera no detecta dolor ni limitación del movimiento. El dolor disminuye con el reposo y empeora al caminar o al mover la cadera. Después aparece una cojera, seguida de dolor en la cadera, que se extiende hacia abajo por la parte interna del muslo hasta la rodilla. Las radiografías de la cadera afectada muestran un deslizamiento o una separación de la cabeza del fémur respecto al resto del hueso. También son útiles la ecografía y la resonancia magnética nuclear (RMN), especialmente cuando las radiografías son normales. El diagnóstico precoz es importante porque, si no es así, el tratamiento se hace luego más difícil y los resultados son menos satisfactorios.
¿Cuál es su tratamiento?
Por lo general, la epifisiólisis femoral superior es progresiva necesitando cirugía para alinear los extremos separados del fémur y unirlos. El tratamiento quirúrgico consiste en fijación con tornillos a través del cartílago de crecimiento.
Dr. Edgar Torres, traumatólogo, Hospital A. Serra.