Bien pudiera parangonarse el poema de Machado hecho canto por el Nano Serrat, con nuestra realidad de trabajadores hospitalarios en una suerte de andar haciendo camino hacia un destino de representatividad en la forma de un gremio, en tanto que las piedras que obstruyen el andar provienen del gobierno en la forma de golpe tras golpe y verso tras verso.
Sin reponernos de un golpe, con notable y sorprendente indolencia, la gobernadora redobla su apuesta de castigo hacia el sector que hace un tiempo mantuvo con su trabajo y entrega, la razón de ser, parecer y ejercer, el casi único motivo de su gestión al frente del ejecutivo provincial, cual fue la lucha contra la pandemia mundial, con su manifestación local.
El mismo sector que con las armas conque disponía, escasas a veces, inexistentes otras, pudo suplir con presencia física constante, en muchos casos al borde de quedar exhaustos y con la carga psíquica de ver la muerte pasar ante sus ojos y no poder llorarla, cuestionarla ni interpelarla por cuanto la necesidad de un próximo paciente y luego otro, y otro, y otro más, exigía seguir, ése mismo sector decía, ve hoy con ojos incrédulos y un dejo de indisimulada tristeza, la indiferencia en el mejor de los casos y el amedrentamiento o castigo en otros tantos, por parte de un gobierno que hasta hizo sin ruborizarse, uso de ése trágico tramo en la historia del mundo, propiciando de candidata a quien era la encargada de trasmitir a la sociedad nada más y nada menos que la cifra de contagiados y fallecidos por la pandemia. Duele. Infinitamente duele.
Duele la actitud a la que invariablemente sigue el verso, no ya del poema que emociona, sino del que reconocemos pretexto y nos da bronca. Nos duele la sensación de no ser ya reconocimiento, sino olvido. Porque solo en el olvido se puede intercalar esta suerte de castigo inexplicable de no atender un reclamo que, no por haberse pausado durante la pandemia, ha dejado de ser legítimo y justo.
Duele el desdén como duele la traición gremial disfrazada de lucha enconada para los medios en tanto se “arregla” con actitud de pusilánime complicidad con la patronal. La sociedad gobierno-gremios mayoritarios se ha retroalimentado justificando su accionar a lo largo de estos años y no reconociendo que la conflictividad actual de la salud pública en la provincia, proviene precisamente de ésa sociedad; situación que ha ido in crescendo hasta el límite de lo insoportable y que no puede esta vez ocultarse bajo la alfombra en forma de bonos, sumas en negro, aumentos solo al sector médico, ítems incomprensibles, etc., porque la alfombra ya no puede tapar tanto chanchullo. O al menos, es probable que ya no tengamos ganas de pisar la alfombra sin ver que hay abajo.
Lo cierto es que puestos a padecer las miserias éticas de quienes nos condujeron a este caos y que evidentemente quieren seguir, con la tozudez de aquellos que desean “obtener resultados diferentes aplicando las mismas técnicas y prácticas que las condujeron a ella” es, podemos decir de mínima, de una pobreza de ideas alarmante, por no ahondar en otros aspectos. Y así, como reza el verso y la canción, en su irrefrenable carrera de brindarnos golpe a golpe y verso a verso todas sus tropelías, decidimos formar nuestra propia defensa, sabiendo que cada golpe no es más que uno más de los que padecemos y para lo que nos preparamos. Sepa el gobierno que toleraremos todos y cada uno de los golpes pues nos preparamos para ello: en tanto que le pedimos que se ahorre el verso para quien quiera escucharlo.
A nosotros el verso que nos interesa está en las bibliotecas y en las letras de la poesía universal, no en la lengua de quienes juraron por Dios y la Patria no hacer lo que con total descaro e impunidad hacen.
Sergio Ricardo Díaz. Delegado ASSPUR FESPROSA R.N.
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