Es un desafío tener una bodega submarina, tras el embotellado, llegará el estacionamiento bajo el agua y esto depende de como son las condiciones. El pasado sábado, tras el hundimiento del PolarBorg I brindaron con algunos de los vinos, así lo relató Claudio Barbieri a Marítima FM
“No soy un conocedor del punto de vista de catar el vino, aunque para mí son excelentes, pero enviamos muestra a Viedma a los enólogos, para que ellos den el veredicto, son los que saben”
“Desde la Bodega nos autorizaron abrir los primeros vinos, brindamos obviamente para celebrar el hundimiento del barco, pero fuimos documentado todo esto para ir sabiendo más, pasándole toda la información a la gente de la bodega que apostaron por esta iniciativa”.
“Era todo un desafío, porque necesita condiciones estables, porque su establecimiento en el fondo del mar varía entre seis y doce metros, debe haber una relación entre la luminosidad y el tanino, en fin son acciones y condiciones que debemos vigilar”.
“Nos toca a nosotros mantenerlo, ya vimos los canastos que debemos mejorarlo, lo curioso es que en las botellas quedan impregnados los invertebrados y es como un souvenir para el turismo que obtendrá cuando llegue a comprarla”.
“No invitamos nada, vamos copiando lo que sucede en otros lados, en el Mediterráneo bajan cinco mil botellas. Estamos en contacto con esas bodegas para intercambiar información y todo esto son posibilidades de trabajo que se dan en nuestra zona”.
“La semana que viene presentan estos vinos en Italia, la bodega Tapiz compró para hacer esta iniciativa y ahora desde Viedma van a enviar otros vinos, esto todo se realiza con estudio de impacto ambiental”.
“En el verano cuando hagan bautismo submarino o vengan a bucear contingentes, van a buscar su botella bajo el agua, también haremos algunos convenios con restaurantes del lugar, para que puedan descorchar en su local esto que es una novedad interesante”.