Cerca de finalizar una campaña de investigación para recolectar información base sobre el crustáceo. Nación y Provincia decidieron la realización un estudio de la población de la especie en la zona de la pesca en el Golfo San Matías.
Los datos son para determinar qué sucede con los ejemplares que nacen en esa zona y con aquellos que no llegan a ser capturados. También como resultó la veda estacional para la captura de merluza, el otro producto que se obtiene en la zona permitida.
“Nadie puede garantizar que ese langostino que nace siga su camino hacia arriba, para abajo o para el costado, no sabemos incluso dónde va el langostino que no pescan, si sube hacia las costas de la provincia de Buenos Aires, si queda en el Golfo San Matías, no lo sabemos a ciencia cierta”, señaló Paula Moriondo, Jefa del Programa Langostino y agregó que “el langostino que no es pescado desde diciembre a marzo a algún lado va, si va al norte, hacia afuera o al sur, algunos morirán porque son langostinos grandes que están terminando el ciclo de vida pero otros van a seguir viajando, pero no sabemos hacia dónde” mencionó la funcionaria nacional.
Según la resolución del ministerio rionegrino, los observadores embarcados en cuatro barcos pesqueros serán lo que obtengan los datos. El análisis de la información estará a cargo del CIMAS quienes realizarán un monitoreo permanente del comportamiento del recurso.
La subsecretaría de pesca se guiará del organismo científico, quienes aportarán las recomendaciones y las medidas adicionales a tomar respecto al manejo de los recursos naturales comercializables.
Los datos que se recolecten sobre la dinámica poblacional, las tramas tróficas, la genética y la obtención de muestras para el análisis reproductivo, servirán para crear una línea de base de conocimiento del recurso en este sector, permitiendo en un futuro tener un conocimiento más certero sobre el potencial del langostino.
También sabrán con que contarán para esta temporada, que fundamentalmente esperan nuevamente ser tanto o mejor que la anterior, lo que generará un nuevo movimiento en las plantas pesqueras y la salida constante de buques a la obtención del crustáceo.