Como realizaron el recorrido los pioneros que reconocieron la marea de San Antonio y asentar el primer muelle

- Embarcación de la Armada navegando en inmediaciones del actual puerto del Este. Obsérvese el paisaje de la costa.




HISTORIAS SANANTONIENSES. A principios del siglo XX varios exploradores provenientes de Saco Viejo buscaban un lugar donde asentar las barracas laneras con el fin de exportarlas a Europa.

Manuel Benito y Adolfo Russo fueron de los primeros en indagar navegando en el «Antonio Calcagno», cómo era la costa de la Caleta del Oeste. Ambos representaban a la firma Contín, Benito y Compañía.

Anteriormente, otros viajeros hicieron lo mismo.

Según Máximo Guerreño, correspondió a los señores Guillermo Rahe y Julio Guillelmo de la firma Sassemberg afianzarse en la costa con intenciones fundacionales al desembarcar un día después de la celebración de la Independencia Nacional, el 10 de julio.

Estos hombres arribaron a bordo del pailebote “No Hay…» Previamente. el señor Bohores de la firma Sassemberg había reconocido en Sulky y caminando la entrada a la marea hasta encontrar que el mejor acceso era el hoy conocido como Canal Encerrado.

(Gracias a los trabajos del agrimensor Cereghetti, podemos saber que la costa no era la misma de hoy en día y había otra pequeña “marea” que ingresaba hasta el pueblo más o menos hasta la altura de la actual plaza Centenario. En viejas fotos en blanco y negro incluso se observa otra «marea» fósil -actualmente rellenada y poblada – atravesando el playón del Cementerio donde se hallaron evidencias muy antiguas de asentamientos originarios).

El punto exacto del desembarco fue situado en lo que hoy es el balneario “Los Tamariscos” a la altura de las calles Moreno y Brown.

Que había competencia entre las firmas comerciales no puede dudarse. En una carta enviada por uno de los que participaron en la gesta fundacional a Ramón Máximo Guerreño se afirma: “Lo que pasó, es que la casa Sassemberg y Cía.; comerciantes entonces de Patagones; por intermedio de Guillermo Rahe, utilizando los conocimientos de la excursión Benito y Russo, se anticipó al propósito de Manuel Benito de trasladar inmediatamente la casa comercial Contín, Benito y Cía. del este al oeste, y comenzaron aquellos –los empleados de Sassemberg- a levantar galpones siendo por esa circunstancias, los que se instalaron primeros que ninguno, pero el verdadero conocedor del lugar y fundadores son y serán siempre los dos beneméritos ciudadanos Manuel Benito y Adolfo Russo”.

– Don Adolfo Russo

Los alemanes aprovecharon las charlas de los dos primeros exploradores y, con astucia y velocidad, enviaron al pailebote “No Hay” desde Bahía Blanca con víveres, algunos materiales y varios obreros. Esta lancha llegó a la bahía de San Antonio al mando del patrón Bulo a quien secundaba el marinero Antonio Lavalle, cuya descendencia aún se encuentra residiendo en la bahía. Damos fe que esto fue así por el testimonio de Bohores.

Este señor informa que él había reconocido a pie la caleta con marea muy baja.

También se sabe que, para reconocer al canal, se había colocado una bandera como señal en un islote a la entrada del actual Canal Encerrado. Al arribar la lancha fondeó frente a un islote “ubicado en el primer tercio de la entrada”. (Creemos que dicho islote es llamado en la actualidad “Isla de los Teros”). También informa que, a principios de 1905 los alemanes ya habían explorado la Caleta del Oeste integrando la expedición los señores Kurt Zollman y Juan Sassemberg. Con respecto a este último, Bohores dice en una carta de del 7 de enero de 1933, que nunca llegó a visitar la bahía.

Algunos alemanes elogian a Manuel Benito por su idea de ubicar las barracas de acopios de frutos del país en la Caleta del Oeste. Lamentablemente Benito habló mucho y los alemanes apuraron su determinación de instalarse donde hoy se encuentra San Antonio Oeste.

Para ser justos, seguramente los primeros datos aportados por las características de la Caleta o Marea de San Antonio fueron gracias a los viajes de transportistas de lana y gauchos que acompañaban las caravanas y también a gente de pueblos originarios que se agregaron como gauchos a la población que llegaba. Muchos testimonios de la época quedaron sin registrar, pero no tenemos duda alguna que la gente del Cacique tehuelche Linares, afincado en el Valle Inferior, supieran de estos detalles geográficos. Ellos solían acompañar arreos hasta las colonias galesas utilizando la antiquísima picada Gününa Küna (o tehuelche) llamada “Camino del Chancho” y que pasaba por inmediaciones de la Caleta del Oeste.

Para la fecha de la llegada de las grandes firmas de acopiadores, la lana era llamada «el oro blanco» y debemos recordar que, la Argentina de la generación del 80, se valieron de tres productos para hacer mucho dinero: carnes, cereales y lanas.

En síntesis: los primeros en saber de la existencia de una “marea” en el Oeste fueron los originarios. Luego exploradores españoles y arreadores de ganado galeses y transportistas de lana. Posteriormente, con la llegada de los primeros colonos, Manuel Benito se le ocurrió la idea de poblar el “oeste” de la bahía a fin de evitar sesenta kilómetros de terrenos sin aguas ni pasturas para animales. Este privilegio les correspondió a los alemanes, aunque ellos siempre reconocieron que la idea original del éxodo fue de Manuel Benito secundado por Adolfo Russo.

– Carta Náutica de la bahía con su toponimia. (gentileza Armada Argentina)

Investigación realizada por Marcelo Pesaresi. Bibliografía consultada

  • Cartas personales de Ramón Máximo Guerreño. Carta personal al Señor Ramón M. Guerreño de parte de Enrique Awe, fechada en Viedma, el 26 de Julio de 1930.
  • Vapnarsky; César A.: “Pueblos del Norte de la Patagonia 1779 – 1957”; Editorial de La Patagonia; Fuerte General Roca; 1983.
  • Chrismar Ediciones: “Río Negro. Pasado y Presente”; Viedma; Río Negro; 1980. (Varios artículos historiográficos).
  • Lefebvre; René Henry: “Mi querido Puerto San Antonio”; Edición del Autor; 1976. Izco; Héctor: “San Antonio Oeste y el Mar. Origen y Destino”; Edición del Autor; 1996. Testimonio personal en 2015 de Américo «lalo» Ullúa.
  • Ruffini, Martha y Masera, Ricardo Fredy: “Horizontes en Perspectiva: Contribuciones para la Historia de Río Negro. 1884-1955”; Fundación Ameghino con prólogo de Rodolfo Casamiquela; Viedma; Río Negro; 2007.

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