Editorial: la caliente zona fría

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En medio de un escenario político agitado, el economista y político Javier Milei ha manifestado su firme determinación de imponer la denominada Ley Ómnibus. A pesar de un proceso de discusión en curso y versiones dispares del dictamen, la política tradicional, aquella que dirige los tiempos, parece imponer su inconfundible huella en el devenir de los acontecimientos.

El presidente, confiado en los resultados electorales, ha descubierto que sus aspiraciones se ven limitadas por la falta de apoyo en las provincias y la carencia de una mayoría consolidada en el congreso, amenazando incluso con dejar a las provincias en una situación financiera precaria si no se aprueba la Ley Ómnibus.

La quita del subsidio de la zona fría ha desatado una firme resistencia, con los gobernadores oponiéndose a la modificación del artículo 318 de la ley. Los líderes provinciales se han unido contra lo que perciben como un intento del gobierno nacional de privar a la región del subsidio ha suscitado una respuesta unánime de los gobernadores.

Los líderes provinciales rionegrinos, como Alberto Weretilneck y Pedro Pesatti, han alzado la voz contra las políticas del gobierno, señalando que las provincias patagónicas no son las responsables del déficit fiscal y exigiendo un trato justo en asuntos fundamentales como hidrocarburos, regalías y coparticipación de impuestos.

Sin embargo, las implicaciones de la eliminación del subsidio de la zona fría son preocupantes para la población, ya que los costos del servicio podrían aumentar drásticamente. Este impacto se sentiría especialmente en los hogares, con familias que podrían enfrentar incrementos sustanciales en sus facturas de hasta 80 mil pesos mensuales.

En medio de este complejo escenario, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció la retirada del capítulo fiscal del Proyecto de Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. Esta decisión, que pone fin a una controversia prolongada entre el gobierno central y los gobernadores, refleja la necesidad de encontrar un terreno común para avanzar.

El retiro del capítulo fiscal se presenta como un gesto de conciliación, aunque el ministro de Economía subraya que esto no significa abandonar el compromiso de equilibrar las cuentas fiscales.

En este complejo panorama, queda evidente una constante extorsión que amenaza la institucionalidad llevada a cabo desde el gobierno nacional. La falta de respeto a la división de poderes y los ataques a las provincias minan el funcionamiento institucional y debilitan la democracia. Los gobernadores, en respuesta, instruyen a sus diputados para que defiendan los intereses de las provincias y exijan reglas claras en diversas áreas cruciales.

Sucedió con Agustín Domingo, que tuvo que bancarse fuego amigo desde JSRN, que lo tildaban de irresponsable. El diputado tuvo que salir aclarar que todo lo habla con Weretilneck y Facundo López señaló que no ponen palos en la rueda, pero que el único representante de la bancada oficialista en la cámara baja no debe renunciar a reclamamos en las modificaciones y solicitar reglas claras en materia de hidrocarburos, regalías, coparticipación de impuestos, retenciones, pesca, el futuro de la Zona Fría y las Jubilaciones.

En medio de estas tensiones, hay negociaciones en curso entre el gobierno nacional y los líderes provinciales para encontrar un terreno común para avanzar hacia la aprobación. Parece que todavía para esto queda un largo trecho sin resolver.

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