Editorial: memoria del presente

juntos




Miguel Pichetto fue esencial para el peronismo de San Antonio Oeste. Lágrimas de emoción derramaron los justicialistas locales por el senador en cada inauguración que les tocó presenciar en la zona. Hoy muchos reniegan de ese pasado. “El traidor” lo llaman sin tapujos, utilizando hasta los medios de comunicación acólitos para despacharse a destajo.

El mismo Javier Iud para conformar su primer gobierno llamó a rivales partidarios y sumó concejales con otra colectora, de otros partidos y también del radicalismo.

Asimismo, los peronistas de San Antonio siguieron a Pichetto cuando llevó de vicegobernadora a la radical Ana Piccinini. Acompañaron a Gemignani ex radical (hoy JSRN), escoltaron a María Inés Maza que tampoco era justicialista.

Ya nadie se acuerda de Magdalena Odarda cuando defenestraba al kirchnerismo, luego integró fórmula con Soria y hoy es ultradefensora de la lista Fernández-Fernández. También para ella militaron.

Ahora se los escuchó golpearse el pecho porque Pichetto se fue con Macri. La hipocresía en política es moneda corriente. Es tan común que nadie se hace cargo de ella. Pierden convenientemente la memoria del presente.

Dijo un viejo afiliado “No vaya a ser que en las municipales lleven un extrapartidario, de raigambre radical, sin que haya sido de las huestes pejotistas”. Solo eso les falta para completar la duplicidad.

También es notable escuchar a quienes antes “odiaban” a los peronistas, por medios radiales, por ejemplo desde el PRO de San Antonio, ahora alaban al senador rionegrino. Se escuchó algunos radicales y aristas ser hasta concupiscentes. Increíble.

Ahora Cambiemos Río Negro y de San Antonio, deberán reacomodarse. Ver si la UCR orgánica se apoya en esta nueva figura vicepresidencial y si todos van a ir con la nueva alianza, algo así como un “Juntos Somos” pero a nivel nacional.

Weretilneck entendió primero que la vía del centro es la mejor manera de sustentar la política en estos tiempos y llevó con él a todos aquellos que no confluían en el armado de los tradicionales partidos como la UCR y el PJ.

El gobernador conocía que los extremos son malos, se confirmó con la famosa grieta, la que quieren finalizarla con Fernández y con Pichetto, tanto de un lado, como de otro en esta gran interna peronista que serán las PASO.

Weretilneck va a jugar, el tema como lo hará. Sabe que tiene mucho a favor y si logra derrotar al único importante intendente de Cambiemos en la provincia el próximo 23, se sentirá más alentado. Es por ello que deberá apuntalar el corte de boleta si define que competirá en esa franja, algo casi imposible en unas nacionales hiperpolarizadas, por eso examinará el ofrecimiento de Pichetto de integrarse como primer candidato a senador en las primarias. Ese análisis lo harán en Choele Choel. Weretilneck sabe que aunar con “el cambio” puede dinamitar su novel partido provincial, ya que llevará votos al caudal de los macristas y no todos comulgan con esa idea.

Si eso sucede, esta alianza se puede derramar en otros distritos municipales que no tuvieron elecciones, como en San Antonio, aún no definen la fecha.

Este nuevo escenario nadie lo tenía en cuenta. El factor Pichetto superó cualquier expectativa. El ofrecimiento a Weretilneck tampoco estaba en carpeta. Desacomodó a todos, incluso a municipios que tenían en cuenta ir en conjunto con las nacionales.

Es sabido que el candidato a intendente no puede compartir siquiera la mesa con las fórmulas presidenciales, la boleta larga está descartada, pero el ajedrez de la política tenía otros parámetros, otros caminos. Si JSRN y Juntos por el Cambio confluyen, el peronismo municipal deberá elaborar nuevas estrategias y redefinir la fecha electoral: adelantarla o convocarla después del 27 de octubre.

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