La Reserva Natural Bahía de San Antonio es un sitio de importancia internacional para la conservación de las aves playeras migratorias, donde se puede experimentar la emoción de contemplar distintas especies de chorlos y playeros que llegan hasta este sitio para alimentarse en los humedales y hacer una pausa vital para el éxito de su sorprendente viaje.
Las costas de la bahía son visitadas por los chorlos y playeros migratorios en grupos de cientos de miles que recorren cada año, ida y vuelta, desde Tierra del Fuego hasta el Polo Norte donde nidifican, transformando cada llegada de las bandadas en un espectáculo único e irrepetible para los turistas y residentes.
Semejante proeza requiere que reúnan el alimento necesario, que es en forma de grasa, para llegar a la siguiente estación de paso, a 1.000, 3.000 o 5.000 kilómetros de distancia que recorren sin parar.
InformativoHoy dialogó con la Licenciada en Biología Marina de San Antonio Oeste; Shirley Mendoza que comentó al respecto “las aves playeras migratorias, como el caso del Playero rojizo (calidris canutus rufa) llegan a la Bahía de San Antonio a finales de febrero y principios de marzo hasta finales de abril principio de mayo, son aves que realizan un largo viaje de miles de kilómetros para llevar a cabo su ruta migratoria desde el Atlántico Norte hacia el Atlántico Sur, utilizando determinadas áreas como la Bahía de San Antonio para alimentarse y descansar, con el fin de recuperar y obtener la energía necesaria para continuar su viaje”.
“Lamentablemente sus hábitats, que constituyen su fuente de alimentación y descanso, está fuertemente amenazados debido a la perturbación de las personas, quienes con determinadas actividades degradan y destruyen sus hábitats. Además, el cambio climático, es un gran problema que afecta fuertemente a las aves, como el aumento de las mareas que produce pérdida de hábitats, aumento de presencia de vegetación en zonas de nidificación de las aves, debido a la presencia de un clima más cálido, entre otros” explicó la profesional.
“Tuve la posibilidad de acompañar a la bióloga Patricia Gonzáles en sus recorridas de observación de aves playeras, aprendiendo de ella y de su experiencia en el trabajo con aves playeras que viene desarrollando durante años, además de haber podido trabajar dentro del Área Natural Protegida Bahía de San Antonio” reveló.
“Contamos con gran diversidad tanto residente como migratoria, tanto marina como terrestre, sólo falta comprender que se puede coexistir sin dañar y sin dañarnos” finalizó.
Colaboración Licenciada en Biología Marina, Orientación Manejo y Conservación de Ecosistemas Marinos, Shirley Marlen Mendoza / Foto arriba gentileza: Lic. Matías Ocampo Reinaldo