En un medio nacional, tributarista sanantoniense explicó por qué todavía los empleados pierden una parte importante del ingreso adicional

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IProfesional, prestigioso medio de economía nacional, la cronista Dolores Olveira entrevistó al contador Jorge Waiman de San Antonio Oeste. A continuación, el artículo:

Desde que el Impuesto a las Ganancias grava sueldos cada vez más bajos y los alcanza con alícuotas más altas, las horas extras que realizan los trabajadores quedaron en zona de conflicto.

Hasta 2017 incluso muchos trabajadores con sueldos más altos, como los de los gremios petrolero o metalúrgico, llegaban a negarse a hacer horas extras cuando el ritmo de producción así lo requería.

Esto se debía a que hasta la sanción de una ley específica ese año 2017, muchas veces el aumento de la tributación en Ganancias por los ingresos que generaban las horas extras llevaba a saltar de escala en el impuesto.

Por ese motivo, muchos trabajadores terminaban cobrando menos salario de bolsillo si hacían horas extras que si no las hacían.

En 2017, la Ley 27.346 y la Resolución General (AFIP) 4003E/2017 vinieron a resolver esas situaciones, explicó Jorge Oscar Waiman, tributarista titular del Estudio JW.

De todos modos, la AFIP se sigue llevando una porción sustancial del ingreso a raíz de la recaudación del Impuesto a las Ganancias, la que puede ir de 20% a 35%, como con el resto de la jornada de trabajo.

Las disposiciones legales

Las horas suplementarias, mejor conocidas como «horas extras» son aquellas en las que el trabajador presta su servicio habiendo excedido la jornada establecida por la legislación laboral y las convenciones colectivas de trabajo.

Por dichas horas extras el trabajador percibirá una remuneración equivalente al valor de la hora normal más un recargo, que se determinará en función del día y hora en que se trabajen conforme a las disposiciones legales y convencionales, explicó Waiman.

Por otra parte, puntualizó Waiman, las remuneraciones obtenidas por los trabajadores en relación de dependencia se encuentran dentro del objeto del Impuesto a las Ganancias y están contempladas en las «ganancias de la cuarta categoría».

Para determinar el impuesto se aplica una escala de alícuotas que se incrementan conforme va creciendo la ganancia neta sujeta a impuesto y llegan a 35%.

En el caso de las horas extras, si las mismas no reciben un tratamiento particular, podría ocurrir que un asalariado, por haber trabajado horas extras y en consecuencia incrementado su base imponible del impuesto, pase a tributar a una alícuota más alta.

Como resultado de ello, el trabajador percibiría un sueldo neto de bolsillo inferior a aquel que hubiese percibido sin trabajar dichas horas, relató Waiman.

Esto ocurría de hecho hasta la sanción de la Ley 27.346 y el dictado de la Resolución General (AFIP) 4003E/2017.

Los distintos casos

Con la normativa actual las horas extras reciben el siguiente tratamiento, precisó Waiman:

En el caso de horas extras realizadas en días inhábiles, feriados y fines de semana, la diferencia entre el valor de la hora extra y el valor de una hora normal se encuentra exenta de abonar el tributo.

La porción exenta es solo el recargo que se le aplica a una hora normal para llegar al valor de la hora extra conforme a la legislación laboral y las convenciones colectivas aplicables, puntualizó Waiman.

En cuanto a las horas extras gravadaspor el impuesto, no se consideran a la hora de determinar la alícuota que corresponde aplicar a la ganancia imponible.

Esto implica que a los efectos de establecer que tramo de la escala de alícuotas del impuesto corresponde aplicar no se computan las horas extras sujetas al impuesto.

El efecto de esta disposición, es que no se produzca la situación en la que un asalariado, por trabajar horas extras y aumentar su ingreso gravado, resulte percibiendo un importe neto inferior al que hubiese percibido sin trabajar horas extras, enfatizó Waiman.

Es sabido que los impuestos no son neutros, es decir, alteran la conducta de los sujetos que deben abonarlos, recordó Waiman.

Con las modificaciones introducidas por las normas de 2017, la intención del legislador justamente fue evitar que un trabajador, para no afrontar un mayor pago del impuesto y en consecuencia tener como resultado un menor ingreso neto disponible, se vea alentado a no trabajar horas extras, comentó el experto.

En este marco, advirtió Waiman, determinar el impuesto que mensualmente corresponde retener al trabajador, aplicando todas estas disposiciones, resulta una tarea para nada sencilla.

Se requieren configuraciones y preparación de información adicional, lo que conlleva a un incremento de la carga administrativa de los responsables de la tarea de liquidación, concluyó.

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