Así podríamos describir con el paso del tiempo a esta entidad señera de nuestra comunidad como lo es el Aeroclub San Antonio Oeste.
Siete décadas lo confirman entre los avatares del tiempo, con una señal de continuidad más firme, gracias a un grupo de trabajo que la consolida día a día.
Es menester retrotraernos a aquella etapa de su fundación un 5 de Junio de 1948, conforme al decreto Nº28761 de Poder Ejecutivo Nacional, donde se otorga además la Personería Jurídica vía expediente 6519/949 solicitada por su entonces Presidente Francisco Iglesias y Secretario Aníbal Sergio Negri.
Aquella época tenía a un San Antonio casi reluciente haciendo eje en la actividad ferroviaria con las dificultades cotidianas del vital recurso del agua, pero en busca de crecer ni decaer ante la adversidad. Repasando nuestro destino aeronáutico estuvo signado por dos epopeyas que marcaron nuestra historia desde 1928 con los primeros vuelos de reconocimiento que dieron luz a la Aeroposta con la llegada de Antoine de Saint Exupery en 1929.
Años después, en 1933 un joven marino el Capitan de fragata Marcos Zar, realiza una hazaña más y une Punta Indio-Bs.As. haciendo escala en nuestra localidad para llegar luego a la Capital Austral con la Aviación Naval.
Estas referencias no han sido lejanas para los referentes que tiempo después hicieron centro en un postulado, cuya grandeza era tener un lugar donde canalizar las inquietudes de los futuros aviadores.
La aviación local reforzó esas intenciones al mando luego de Miguel Neman quien junto a Rene Lefebvre, Mario Chironi, Julio Villar y Egberto Vichich, gestión mediante consiguen levantar el hangar sobre calles Islas Malvinas e Illia, los materiales son traídos de un galpón en General Conesa.
Etapas de expansión surgieron en 1955 con la premisa de tener un plantel de pilotos al mando de su Instructor Mario Chironi y en el orden administrativo la tarea de Nestor Blackhall como secretario y Rene Lefebvre quien presidio la entidad durante 15 años.
La lógica emprendida por los pioneros era dotar de pilotos locales al Aeroclub y ese año se inicia el curso de pilotaje con los aspirantes: Marcelo Oros, Egberto Vichich, Néstor Blackhall, Oscar Sánchez y Mario Poligligedu siendo esta la primera promoción de dicho Aeroclub.
En 1956 comienza otro período donde se hace hincapié en seguir con la capacitación y de allí surge la segunda promoción de pilotos: Raúl Acosta, Raul Roglich, Orlando Vicente, Juan Dani, Héctor Ortiz, Héctor Izco, Rene Lefebvre y Eloy Fernandez. Bien vale destacar los nombres citados pues esa consigna en un marco casi siempre desfavorable en la cuestión económica mantuvo en alto esta entidad.
Con el paso del tiempo el Aeroclub paso a tener actividad en su nuevo destino, lugar del Aeródromo que lleva el nombre del gran escritor y piloto francés Antoine de Saint Exupery. Constancia que perdura entre la formación de nuevos pilotos como las acciones, cuyo objetivo desembocan en nuestra comunidad. Antes de ello ya un importante grupo había dejado su huella con nombres que permanecen intactos en nuestra memoria más cercana.
“No siempre se llega lejos, pero existiendo el cielo amplio, el suficiente ímpetu y ganas de trabajar se pueden lograr objetivos…” así describía, Eloy Fernández hoy con sus nueve décadas, aquel viaje a Estados Unidos en 1957 cuando lograron traer un avión para el Aeroclub.
Seguramente siguiendo aquella huella de los pioneros al que se sumó porque cada uno aportó su semblanza, tomando vuelo con aires solidarios. ¡Felices 70 años! (Producción Adrián Osovnikar)