Largas colas en los accesos, tanto sur como norte y en SAE. Los veraneantes se agolparon en las playas aprovechando el excelente clima de los primeros y radiantes días de sol de enero.
Es un denominador común que el fin de largo de principios de año sea importante en afluencia turística, en situaciones normales, pero ante la emergencia sanitaria y las pocas consultas previas, hicieron dudar previamente a los prestadores.
Fracasaron las predicciones que decían que no habría más de un 50% de turismo y los más optimistas hablan de más de un 80% de ocupación en los lugares habilitados, aunque se debe esperar la estadística oficial. Recordemos que los campings no están autorizados.
Si se apreció quienes aprovechaban por un solo día, quienes viven en localidades cercanas o en el valle medio. Los controles recibieron ingresos por una jornada (aunque muchos pudieron quedarse por más tiempo).
También están quienes ingresaron desde el día jueves, llegaron sin reserva previa, fueron registrados en la aplicación y luego se acercaron a la oficina de turismo a buscar alojamientos.
La peatonal estuvo atestada durante estas últimas noches, incluso se pudo apreciar aglomeración en las unidades fiscales culturales, la gente se acercaba a observar a estos artistas, innegable el atractivo en el arte de algunos de ellos.
Hubo problemas en el servicio de agua corriente en varios barrios, especialmente a la hora pico, entre las 19 y las 23 horas. También se acreditaron quejas por taponamiento de cloacas en el barrio Buchalaufquen.
Las playas del Puerto de Este nuevamente fueron noticia por la cantidad de personas que se dirigían a pasar el día o bien con el motorhome se asentaban en esas extensas playas. No hubo problemas para acampar, tampoco en la zona sur de Las Grutas dónde hubo varios ocasionales que armaron sus carpas.
Por otra parte, trabajaron muy bien los comercios de expendio de comidas, la gastronomía, golpeada por el pasado año pandémico, trabajó muy bien, especialmente los rubros de comida al paso.