LESIONES DEL TENDÓN DE AQUILES





¿Tendría razón Homero en su Ilíada, y el tendón de Aquiles es el punto más débil del hombre más fuerte? La fortaleza y debilidad de este tendón no son un mito. El tendón de Aquiles es el más potente del cuerpo humano. Es el tendón del músculo tríceps sural de la pierna, constituido por los gemelos (gastrocnemios) y el soleo. La función principal de este tendón es la flexión plantar del tobillo, propulsándonos en la marcha al caminar y al correr o saltar. Soporta fuerzas de hasta 10 veces el peso corporal en estas actividades.

Podríamos clasificar las lesiones del tendón de Aquiles en dos grupos:

  • Tendinopatías, habitualmente se hacen crónicas. El término tendinitis lo hemos abandonado porque casi nunca existe inflamación muy evidente.
  • Roturas del Tendón, suelen ser agudas, muy incapacitantes, y en casi todos los casos se tratan quirúrgicamente.

La patología crónica del tendón por norma general viene provocada por sobreuso (casi siempre en deportes en los que predomina la carrera y el salto), también se ven en personas sedentarias de mediana edad más en diabéticos y obesos. El síntoma más evidente es el dolor, que comúnmente va apareciendo de forma progresiva, siendo leve y apenas molesto en sus primeros estadios, e invalidante y muy doloroso en casos agudos. Puede aparecer sensación de crepitación, e incluso sonido de chasquidos al movilizar ese segmento, debido a la aparición de nódulos y adherencias.

La rotura, ya sea parcial o total, es una lesión invalidante, no permitiendo al paciente el apoyo del cuerpo con ese pie. Lo más frecuente es que el paciente, casi siempre deportista, note un dolor fuerte y agudo, con la sensación de que alguien le hubiera pegado una patada. Se ha evidenciado degeneración del tejido del tendón como factor fundamental que favorece la lesión. El término para denominar esta degeneración es tendinosis.

En fases agudas el tratamiento debe basarse en medidas conservadoras de frío, elevación, compresión y reposo o modificación de la actividad. El trabajo fisioterapéutico, tanto a la hora de reducir la lesión como de fortalecer la musculatura adyacente, es recomendable.

En casos graves como roturas, o tendinitis de larga duración que no remiten, la solución para tratar estas lesiones del tendón de Aquiles pasa por la cirugía. El tratamiento quirúrgico es el más satisfactorio. En casos de pacientes con muchos riesgos que contraindiquen que el paciente pase por el quirófano el tratamiento consiste en la inmovilización (unas 6 semanas) y posterior rehabilitación de la fuerza.

Algunos consejos para cuidar nuestro tendón de Aquiles son:

  • Incremente lentamente el volumen y la intensidad de sus entrenamientos, y no lo haga si nota que tiene molestias.
  • Haga actividades que no sometan al tendón a tensión, como nadar o andar en bicicleta.
  • Utilice un calzado deportivo de calidad.
  • Al caminar o correr, elija superficies suaves y regulares. Evite las pendientes.
  • Realice estiramientos después de cada sesión de entrenamiento y un buen calentamiento muscular previo a la actividad.
  • Cuide su peso.

La prevención se resume en una buena preparación física muscular de la zona, un calzado adecuado, y un calentamiento acorde al esfuerzo a realizar después. 

     Dr. Edgar Torres, traumatólogo, Hospital A. Serra.

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