El empresario Franco Massari pidió una reunión el pasado lunes con el gremio y el gobierno provincial, la empresa tendría una deuda de 500 millones de pesos y entró en la etapa de concurso de acreedores. Preocupación por las fuentes laborales.
Según establecieron en esa reunión en Viedma, para salir del estancamiento que tiene la baja o bien nula captura en el Golfo San Matías, el propietario solicitó se procese pescado de otra jurisdicción de tamaño menor a 35 centímetros.
En este caso solicitó el acompañamiento del gremio para generar movimiento interno y así obtener fondos para el pago de salarios.
La empresa ayer presentó formalmente la propuesta para que se ponga en consideración de todos los actores que respuesta brindarán, en este caso el gremio que sería quien debe aprobar con sus afiliados el procesamiento de pescado con menor tamaño a lo establecido.
“Si el trabajador está dispuesto a procesar, eso lo consideramos en una reunión, siempre pusimos el hombro los trabajadores, esto no es la primera vez que nos pasa y seguramente otra vez serán los compañeros los que estén dispuesto a acompañar, pero no a cualquier precio” dijo Juan Ortiz.
El gremialista del STIA mencionó “el trabajador sabe que estamos ante una situación muy delicada, si bien todas las empresas están complicadas, Río Salado se encuentra en un escenario muy complejo, pero acá no es solo un problema de la empresa sino de todo un marco de situaciones que se dieron en la provincia con la política pesquera que tuvimos”.
“Realmente estamos en un mal momento de la pesca local, era previsible por como venía dándose lamentablemente fuimos advirtiendo y no nos hicieron caso” sostuvo.