El gobernador Alberto Weretilneck estuvo en San Antonio Oeste y dejó algunas definiciones políticas. Con su impronta crítica hacia el Gobierno Nacional, asintió con lo que ocurría en el Senado, donde Mónica Silva –representante de su espacio– se alineaba con la mayoría opositora en leyes que incomodaron al presidente Javier Milei.
Milei tuvo una de sus semanas más difíciles desde que asumió. Su equipo económico, cuyos principales referentes poseen sus residencias en Nueva York, enfrentó el vaivén de las tensiones políticas que impactan directamente en la viabilidad de su plan.
Weretilneck, en plena campaña, anticipó que confrontará con los partidos mayoritarios nacionales que competirán en Río Negro. No dudó en señalar a la hermana Karina y a la presa Cristina, como exponentes de una mirada centralista, alejada de las realidades del interior.
Juntos Somos Río Negro continuará con esa postura crítica, mientras que La Libertad Avanza todavía discute la representación en la provincia. El reparto de lugares, una vez definido, dejará heridos en el camino, en especial entre quienes formaron parte del núcleo fundacional.
El caso de Ariel Rivero es paradigmático: fue el primero en apoyar abiertamente a Milei en Río Negro, mientras otros actores locales recién se sumaron después, al calor del arrastre presidencial, incluso sin coincidir plenamente con sus formas ni con su discurso.
Como siempre, los políticos siguen a quien tiene los votos. Por eso, cambian de color sin demasiados escrúpulos.
El peronismo, por su parte, presentará las mismas caras: Martín Doñate, Martín Soria y Silvina García Larraburu. Ahora impulsan a María Emilia Soria con miras al 2027.
Es tiempo de alianzas. Para el 7 de agosto deberán estar definidas. El provincialismo irá de la mano con la UCR orgánica, la CC ARI, el MPP y varios espacios vecinalistas. El justicialismo mantendrá a sus históricos aliados, aunque también surgirán candidaturas desde otros sectores del PJ.
La Libertad Avanza es la gran incógnita. Aníbal Tortoriello pone reparos a la incorporación de Juan Martín, por lo que el acuerdo todavía no se cierra. Según el actual diputado nacional, la decisión “vendrá de arriba”, en alusión a Karina Milei, cuya estrategia ha tenido resultados dispares en otras provincias.
El último mes antes del inicio formal de la campaña será clave, tanto por la evolución de la economía como por la persistente tensión entre los gobernadores y el presidente, donde no ha primado el diálogo, sino los ataques desde Casa Rosada hacia las provincias.
La mala relación durará hasta que comience a «revolearse la billetera» en medio de las próximas negociaciones. Algunos ya cedieron desde el principio; otros se mantuvieron firmes. Pero la política es dinámica.
En San Antonio Oeste, el oficialismo (obviamente) dominó el escenario durante el aniversario del pueblo. Legisladores y concejales de la oposición quedaron relegados al costado de la tarima. Son detalles que no pasan inadvertidos para quienes seguimos la vida institucional, como observar a intendentes de la zona de influencia invitados en el palco oficial.
Los actos populares en épocas preelectorales siempre son una oportunidad para sacarse fotos con vecinos y militantes, escuchar reclamos y dialogar con los gremios con réplicas en redes sociales. Eso hizo el gobernador: acaparar la centralidad, confirmando lo que dijimos al principio “está en campaña”.
Quien no estuvo fue Pedro Pesatti, posible candidato a senador. Son ocasiones que no deberían desaprovecharse. Aunque ahí entra en juego el entramado de relaciones internas dentro del partido provincial. Si todo está bien —o no—, sólo lo saben puertas adentro.
A veces las ausencias son también manifestaciones. (en X @caa174)
