Editorial: la sábana corta





Río Negro tiene una deuda importante por afrontar, con vencimientos cercanos. No es una pesada herencia, porque se trata de un mismo partido político gobernante.

Quienes estuvieron con Arabela Carreras, muchos de ellos hoy continúan en la actual gestión, dentro del gabinete, entre los legisladores, algunos son intendentes u otros concejales.

Lo que sucedió no lo conocemos, o bien nadie preguntaba, o bien hubo distracción, hasta que un equipo de transición puso blanco sobre negro.

La deuda pública asciende a 26 mil millones pesos y las palabras constantes del actual gobernador Weretilneck es «la situación es muy delicada».

La filtración de la tabla que detalla la deuda acumulada revela una realidad sombría y preocupante para el estado rionegrino.  Además, con los fondos que poseía pagó un cuarto del aguinaldo (la mitad, de la mitad) antes de Navidad y el resto será en la primera decena de enero quizás con el salario, el cual no tendrá incremento.

La inquietud se extiende también a los gremios, especialmente ATE y UnTER, que han manifestado su alerta y disposición a la movilización. El escenario de conflictividad se proyecta acentuado en las próximas semanas, reflejando la frustración y el malestar de los trabajadores ante las dificultades económicas.

Más allá de bajar el gasto político o mandar a su casa a muchos de la administración, el proceso de saneamiento va a tardar. El contexto económico nacional no ayuda, todo lo contrario: mayor inflación y liberación total de la economía, horadará al extremo los cálculos previos, más allá de contar con un presupuesto, este al menos, no se verá reflejado en la realidad.

San Antonio Oeste también votará esta semana el presupuesto y se anticipa un debate en el Concejo Deliberante, diversos ítems que se discutirán en el recinto legislativo comunal y que la oposición pondrá de manifiesto.

En la planilla, se observa que cerca del 70% de lo que recauda la municipalidad irá a salarios, más allá de que se hayan ajustado bastante en los dígitos. Que el mayor porcentual de ingresos recale en sueldo del personal, esto invariable a lo largo de las últimas administraciones.

También la municipalidad sanantoniense deberá padecer la atmósfera que traen las medidas nacionales y que afectan a todos los estados, mucho más aquellos que tienen problemas financieros.

El gobierno de Río Negro, como el municipio de San Antonio padecen el “Síndrome de la Sábana Corta” y se enfrentan verdaderamente a un desafío crucial en el manejo de sus finanzas y la restauración de la estabilidad económica. La transparencia, la responsabilidad y medidas eficientes son imperativas para superar este difícil momento y allanar el camino hacia un futuro más sólido quizás por un tiempo “con los pies afuera”. (Carlos Aguilar, editor)

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