En los primeros siete meses de este año, las exportaciones frutihortícolas a través del puerto de San Antonio Este (SAE) han alcanzado un aumento del 32% en comparación con el mismo período del año anterior, según un informe reciente proveniente de la terminal portuaria Patagonia Norte (TPPN).
Dentro de este incremento, las peras han liderado la carga, contribuyendo con más de 97.300 toneladas a las exportaciones. Esta cifra resalta un crecimiento del 30% en comparación con la temporada anterior, consolidando aún más la posición de la región como un importante productor y exportador de peras de alta calidad.
Sin embargo, no todas las frutas han experimentado un aumento en sus envíos al extranjero. Las exportaciones de manzanas, en particular, han mostrado una tendencia preocupante. A cierre de julio, los embarques de manzanas solo alcanzaron las 13.600 toneladas, marcando un descenso del 15% en comparación con el mismo período en 2022. Este nivel representa el punto más bajo de exportaciones de manzanas en las últimas tres décadas, lo que destaca un declive significativo en la demanda de esta fruta que solía ser un producto estrella en los mercados internacionales.
Los expertos están desconcertados por la caída drástica en las exportaciones de manzanas, llegando a una disminución del 95% en comparación con los niveles anteriores. En el mismo período de 2005, el puerto de SAE había embarcado más de 205.000 toneladas de manzanas al mercado de ultramar, lo que subraya la magnitud de la situación actual.
A pesar de estos desafíos, las estadísticas también revelan aspectos alentadores. La normalización comercial con Rusia ha permitido recuperar parte de los volúmenes de fruta perdidos en la temporada pasada, con un impresionante aumento del 300% en las exportaciones a este país en comparación con el año anterior. Estados Unidos y Holanda también han demostrado ser destinos clave, con compras de 24.100 y 15.700 toneladas respectivamente.
Aunque las exportaciones de manzanas siguen siendo una preocupación, el puerto de SAE ha demostrado una vez más su capacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes del mercado. A pesar de los desafíos, la industria frutihortícola de la región sigue siendo un pilar fundamental en la economía local y nacional, contribuyendo de manera significativa a las exportaciones y al desarrollo regional.
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