El legislador Javier Iud (FpV) instó a tomar decisiones que permitan superar la actual crisis planteada en la actividad pesquera de San Antonio, provocada por el nuevo recurso del langostino, que irrumpió en el golfo hace dos o tres años. Informó que “el negocio del langostino es pescarlo y acondicionarlo en una caja”, no genera trabajo en las plantas, con lo cual “lo que la gente está pidiendo es que se pesque merluza, que las plantas tengan mercadería, y que los que van al langostino son los barcos que actualmente están en la banquina, que no ingresen foráneos”.
Sobre el pedido de renuncia que hacen marineros y patrones al subsecretario de Pesca, Jorge Bridi, dijo a la agencia APP que “no es un momento propicio, estamos en el comienzo de la zafra del langostino, próximos a la etapa de veda de merluza y después de la veda viene la gran época de pesca, de enero hasta después de Semana Santa”, sin por eso avalar al funcionario.
Iud enfatizó que “hay que salir a pescar, que el sector aproveche la mejor época del año”, al tiempo que reiteró que superada esta coyuntura debería discutirse la reforma que propone a la Ley de Pesca, “para que esté adaptada a la realidad”.
Señaló que la crisis particular que atraviesa la actividad pesquera en San Antonio tiene que ver con que “en los últimos dos o tres años irrumpió un nuevo recurso como es el langostino que viene a cambiar el paradigma del monoproducto merluza que era lo que signaba la producción”.
Clarificó que el langostino “tiene alto valor en la góndola, porque después un cajón del langostino, cuando se baja del barco, vale 350 pesos y hablamos de alrededor de 20 kilos; estamos hablando de 17 pesos el kilo entero”.
Agregó que “el langostino es un producto, que al contrario de la manufactura de otros productos del mar, a medida que se le agrega valor disminuye el precio, es decir, el negocio del langostino es pescarlo y acondicionarlo en una caja”.
Informó además a la agencia APP que “un barquito en un día puede hacer 400 cajones y por lo tanto, a pesar del bajo valor por cajón, termina siendo por el volumen un muy buen negocio, aunque con muy poco impacto en las plantas pesqueras”.
Fundamentó que “un barco de 400 cajones de merluza puede tardar alguna empresa dos días en procesarlo, en cambio un barco de 400 cajones de langostino, un ratito”.
Dijo que por eso las empresas que tienen mucho personal se largan a trabajar el langostino, porque es menor valor agregado y hay mayor rentabilidad, pero esto impacta negativamente en la mano de obra que tiene la actividad.
El problema actual que se presenta, y que generó la queja de marineros y patrones de buques, es que se quieren ingresar nuevos barcos en la temporada de la zafra del langostino.
Explicó que “lo que la gente está pidiendo es que se pesque merluza, que las plantas tengan mercadería, y que los que van al langostino son los barcos que actualmente están en la banquina, que no ingresen foráneos”.
Dijo que el martes pasado ya se resolvió esto, pero ahora puntualmente están reclamando la renuncia del subsecretario de Pesca, Jorge Bridi, “hay un nivel de enfrentamiento muy importante, aunque desconozco el origen”.
Al respecto opinó en diálogo con APP que “en una situación de tanta fricción como existe en este momento, me parece que la anarquización del sector sería peor el remedio que la enfermedad; no es un momento propicio, estamos en el comienzo de la zafra del langostino, próximos a la etapa de veda de merluza y después de la veda viene la gran época de pesca, de enero hasta después de Semana Santa”, sin por esto avalar al funcionario”.
Mencionó además que no es facultad de Bridi autorizar el ingreso de nuevos barcos al golfo, los permisos de pesca los firma el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Marcelo Martín.
Consideró que ciertamente “hay un desgaste en la relación del sector pesquero y algunos actores con el Subsecretario, diferencias que en algunos casos vienen de muchos años (hay que recordar que Bridi fue Director de Pesca en una gestión radical anterior)”. (APP)
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