Editorial: 60 días de gobierno y el desafío de mejorar

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Las Grutas necesita obras de infraestructura. Muchas y algunas urgentes.

Los empresarios y prestadores de servicios que se resisten al aporte de la Ecotasa, deberían plantearse, como observan hoy las bajadas, las veredas, las calles, los accesos, si el turismo regresará, o bien, no seguirán ocupando sus hoteles, restaurantes o complejos de departamentos.

La calidad de infraestructura de Las Grutas, que incluso será anfitrión masivamente de extranjeros en el eclipse del 14 de diciembre, no es es actualmente de calidad.

La nueva gestión municipal debe afrontar déficit en señalización urbana, tramos de calles hundidas o destruidas, poca inversión del privado en sus frentes o en veredas o en sus estructuras internas, calles de tierras con problemas de desnivel y sin que tengan un mejoramiento de años.

Faltas de cordones cunetas, descontrol en el estacionamiento, vendedores ambulantes apócrifos, residuos, ruido, falta de control en la playa, en la noche, en la peatonal y ni hablar del problema canino.

Lo que atañe al gobierno provincial, la conectividad, el tema de la provisión del agua, la energía eléctrica y el saneamiento (obra que sigue en marcha), otras con puntos pendientes.

Estas postales son de Las Grutas, donde hoy se tuvo la mayor afluencia de turismo en niveles históricos, que puede diluirse en pocos años si no se toma, en estos próximos períodos, decisiones trascendentes. No ha habido en estos últimos años obras de infraestructura de calidad.

Para hacer de Las Grutas, un destino de calidad, señalamos algo que no es nuevo en el acervo de la historia, algo que dijo en su momento en el casino grutense Jhosep Ros Santasusana en el 2003 “la calidad de los servicios turísticos es el factor competitivo».

Mencionaba el español que el verano, el turismo contiene un enorme componente familiar y no se equivocó, que en Las Grutas era así, porque se acercan maravillados por el mar, algo que no tiene cotidianamente en el valle, la estepa o en las montañas.

Esta falta de servicios va complotada con una futura “huida” del turismo. El desafío del crecimiento lo tiene este nuevo gobierno que cumple hoy 60 días, dos meses en la función.

El ejido sanantoniense tiene escases de infraestructura. Años de postergación, barrios eternos de San Antonio sin cloacas, sin cordones cunetas, sin repaso de calles, con escasa iluminación.

La búsqueda del financiamiento para poner en marcha todo eso no es fácil. El 75% del presupuesto, se llevan los sueldos. El resto es para mantenimiento.

Para obtener recursos, son muchas las alternativas, una de ellas es la Ecotasa.

También a la espera que provincia aporte al menos una de las obras está en vigencia la ley de infraestructura turística, la misma financiada por una parte del impuesto a los Ingresos Brutos que pagan los comercios locales.

En el destino de preponderancia del verano rionegrino, hasta hoy, no hay ni una obra licitada con el dinero de esa ley.

Al turismo que llega a disfrutar de nuestro entorno, también hay que ofrecerles obras de preeminencia, de inclusión y de utilidad.

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