“Si en vez de estar discutiendo en reformarla, sería importante que la apliquen alguna vez” señaló en los micrófonos de Marítima FM uno de los autores, Rubén Marziale. La pregunta al ex funcionario era que pasaba con los supuestos constantes cambios propuestos en la normativa de 1985 vigente hasta hoy.
Cada paso de titular de la cartera ministerial, prometían transformaciones, decían que se iba a mejorar el sistema pesquero de la provincia de Río Negro, pero hasta el momento, nada. Todo sigue igual.
Ningún ministro promovió un cambio sustancial y la subdirección de pesca que pasó de mando tras la salida de Bridi, tampoco logra despegarse del régimen prestablecido por este.
Hasta el momento el cumplimiento de la ley, se hace en base de protesta de los pescadores. Por ejemplo, cuando los artesanales decían que la flota roja era demasiado para el golfo, debieron llegar a reproches intensos para que se cambie la resolución y el ministerio debió dar un paso atrás.
Es sabido que Banacloy, que solo brinda nota a medios de comunicación a elección, en esos micrófonos, repitió de manual lo poco que sabe de la pesquería, pero para la solución de fondo, señala que con el cambio de la ley de pesca se llevará a un nuevo paradigma.
El dato interesante es que estas autoridades hablan de reformas y correcciones, pero nunca convocaron a la comisión especial de pesca del parlamento rionegrino para iniciar algún trámite legislativo.
En síntesis, el cambio de ley que se propondrá con el “diálogo permanente” desde el 18 de abril, quedará solo en coloquios y “pases de factura”. Sucedió dos veces, volverá a suceder.
El ministro llegó acompañado por la pompa el día miércoles, para anunciar la colocación de una garita y de ocupar un par de oficinas para luego llevar adelante las reformas del amarradero municipal, cuya desprolijidad eterna no se soluciona aún.
Es sabido que, para el cúmulo de la producción en valor monetario de Río Negro, la pesca es un porcentaje mínimo, pero para San Antonio Oeste, un pueblo del cual más de mil familias dependen del recurso, no es inapreciable, todo lo contrario, es su vida, su sustento diario.
Carlos Soria, en una entrevista con este medio, en el año 2011, señaló taxativamente que “el problema de la pesca pasa por la política” dijo además dijo antes de asumir “debemos diseñar un esquema productivo, cuya ecuación económica reporte rentabilidad al sector y a la provincia. Y, sin rentabilidad no hay posibilidad alguna de que una producción primaria prospere”.
No prospera ni van a prosperar mientras no se contemple el cuidado del recurso pesquero, continúe el desmanejo sin estudios serios de biomasa, permitiendo la explotación, pocas sanciones, una ardua defensa de las cooperativas por parte del ministerio que impide registrar empleo en blanco para los trabajadores y así destruir la matriz gremial.
Esperemos que el Consejo Asesor Pesquero, cuando se reúna, no afloren las mezquindades y se llegue a buen puerto con una posición seria en favor de la producción pesquera y que se tenga la revalorización de la misma.
Porque hasta ahora, lo que muestran de exitoso, es salir a vender pescado fresco en los pueblos, como un resultado triunfante de la política pesquera.