En la última sesión del Concejo Deliberante, el vecino y cineasta Salvador Cambarieri hizo uso de la Banca Abierta del Ciudadano, un espacio destinado a que los habitantes del municipio expresen sus inquietudes ante los representantes locales. En una exposición extensa y enérgica, Cambarieri planteó la problemática de la contaminación sonora nocturna en la ciudad, que —según manifestó— afecta gravemente la salud mental y la calidad de vida de la comunidad.
“Es la primera vez que participo de la Banca del Ciudadano y vengo a hablar de un tema muy serio que tiene que ver con la convivencia social y la salud de todos nosotros”, comenzó diciendo el realizador. En su intervención, subrayó que su reclamo parte de una preocupación mayor por el deterioro ambiental y urbano de San Antonio Oeste. “Vivimos todo el tiempo asediados por distintos tipos de contaminación: el polvo, los olores de las plantas de harina de pescado, las antenas de telefonía, los basurales clandestinos y ahora, sumado a todo eso, el ruido insoportable de las motos y autos durante la noche”, enumeró.
El vecino explicó que el problema del ruido se ha vuelto “una tortura cotidiana” para quienes residen sobre las arterias principales donde, según describió, se producen “contraexplosiones con motos, escapes libres y corridas” a cualquier hora. “No tenemos horarios para descansar, esto sucede todas las noches y es peor los fines de semana. Es imposible dormir”, expresó con visible preocupación.
Cambarieri sostuvo que la falta de descanso no es un asunto menor, sino un factor que afecta directamente la salud mental de los vecinos. “Cuando uno no descansa se empieza a volver loco, literalmente. No lo digo yo, lo dice la ciencia”, advirtió. Además, mencionó los riesgos que implican los vehículos sin luces o con maniobras imprudentes: “Si uno anda de noche tiene que mirar para todos lados porque pueden venir de cualquier parte. Y si ocurre un accidente, la culpa puede terminar siendo del otro”, lamentó.
Durante su exposición, el cineasta recordó que años atrás había realizado el mismo reclamo ante el municipio, pero no obtuvo respuestas concretas. “En su momento me contestaron que no podían hacer nada porque no había decibelímetros. Pero no hace falta un aparato para darse cuenta del ruido que generan estas motos. Es una cuestión de sentido común”, argumentó.
También apuntó al rol de las autoridades en el control y la prevención: “La mayoría de los funcionarios, incluso el intendente, viven lejos de las zonas ruidosas, por eso tal vez no dimensionan el problema. Pero quienes estamos en el centro lo sufrimos todas las noches”, expresó. En ese sentido, pidió al Concejo Deliberante que adopte medidas legislativas o de control que fortalezcan el accionar de la Policía y de los inspectores de tránsito.
“La Policía mira, pero no puede hacer mucho, porque si actúa le cae un sumario. Los inspectores hacen lo que pueden, pero los motociclistas se escapan cuando ven los controles. No hay orden, no hay autoridad. San Antonio a la noche es un pueblo anárquico”, sentenció.
En otro tramo de su alocución, Cambarieri se refirió al impacto que esta situación tiene en grupos particularmente vulnerables. “Esto no solo afecta a quienes vivimos sobre las calles principales. También hay gente con autismo, mujeres embarazadas, ancianos. El ruido constante es perjudicial para todos”, advirtió, al tiempo que pidió empatía y compromiso institucional para atender un problema que —dijo— “se ha naturalizado peligrosamente”.
El vecino destacó, además, que el problema de la contaminación sonora es parte de un cuadro general de deterioro ambiental y urbano. En su exposición mencionó la presencia de más de 55 basurales clandestinos relevados con drones alrededor de San Antonio Oeste, Las Grutas y el Puerto, así como los efectos del humo del basurero, los olores de las plantas pesqueras, y la contaminación electromagnética de las antenas de telefonía. “Nuestra ciudad está rodeada de focos contaminantes y eso demuestra que la calidad de vida deja mucho que desear”, señaló.
En el cierre de su intervención, Cambarieri insistió en la necesidad de que el Concejo tome cartas en el asunto y genere una respuesta institucional. “Les pido, por favor, en nombre de los ciudadanos que sufrimos esto todas las noches, que tomen medidas. Este pueblo no tiene calidad de vida. No podemos seguir naturalizando la desidia y la anarquía”, expresó, recibiendo aplausos de parte del público presente.
Finalmente, enfatizó que la solución requiere tanto educación ciudadana como compromiso político. “Lo que necesitamos es educación, básicamente. Que la gente entienda que no puede hacer lo que quiera a cualquier hora. No se trata solo de ruido, sino de respeto y convivencia. Este es un tema de salud pública”, concluyó.


