Por Fernando Tortosa, Jefe del Departamento Médico y coordinador de Evaluación de Medicamentos y Otras Biotecnologías del Hospital de Bariloche.
¿Qué es el plasma convaleciente?
Los pacientes que se han recuperado de cuadros infecciosos poseen anticuerpos en su sangre que los protegen de futuras enfermedades producidas por el mismo agente infeccioso. Estos anticuerpos pueden obtenerse desde el plasma de la sangre, que en este contexto pasa a llamarse plasma convaleciente.
La transfusión de plasma convaleciente a una persona con una infección viral podría neutralizar el microorganismo patógeno que lo afecta y, así, darle tiempo a esa persona de poner en marcha una respuesta inmune activa, es decir, generada por su propio sistema inmunológico.
¿De dónde surge el interés en el plasma convaleciente para COVID-19?
Algunos estiman que esta terapia jugó un rol fundamental en la época en que no contábamos con vacunas o medicamentos efectivos para la mayoría de las enfermedades. El antecedente de uso exitoso en nuestro país, surge a partir del tratamiento de la Fiebre Hemorrágica Argentina 1-2 Como hoy estamos precisamente en esa situación frente al COVID-19, ha resurgido el interés por utilizarla. Pero si contáramos hoy con una vacuna o un fármaco eficiente, probablemente la opción de utilizar plasma convaleciente no sería considerada, porque hay dificultades prácticas para su obtención y su disponibilidad, en consecuencia, es limitada.
Lo central a tener en cuenta es que el plasma convaleciente podría ser una alternativa para el tratamiento de COVID-19, mientras los científicos descubren una mejor opción.
¿Qué nos dice hoy la evidencia sobre plasma convaleciente en COVID-19? Actualmente existen más de 150 estudios primarios publicados que hacen referencia al uso de plasma de convalecientes en pacientes con COVID-19. Sin embargo, no encontramos ningún estudio que cumpla los requisitos mínimos para estimar el efecto del plasma convaleciente en COVID-19. De todos modos más de 120 ensayos clínicos 3 se encuentran registrados, de los
cuales 73 aún están reclutando pacientes.
Ante esta ausencia de evidencia directa en COVID-19 es sensato extrapolar la información proveniente de otras infecciones similares 6-7 por coronavirus, como las causadas por el SARS- CoV y el MERS-CoV. Pero, si bien identificamos algunos estudios evaluando plasma convaleciente en esos casos, las conclusiones que entregan constituyen evidencia de muy baja certeza, es decir, no es posible inferir de ellos si el plasma convaleciente será o no efectivo para tratar COVID-19.
En la Argentina existen dos formas de administrar plasma 5, 8 de convaleciente: Una de ellas es que cualquier institución sanitaria del ámbito público y privado (Unidades de Terapia Intensiva) adhiera al “Protocolo de Acceso Expandido para plasma convaleciente para el tratamiento de pacientes con COVID-19 (PAE PCC19)” y se provean de los Centros Provinciales Oficiales designados por las Autoridades Jurisdiccionales (art.2 de la RM 783/2020). Otra forma es a través de la participación en algunos de los ensayos clínicos y estudios registrados para la administración del plasma, dentro de los cuales se encuentra un estudio multicéntrico coordinado por la Dirección Nacional de Sangre y hemoderivados: “Ensayo Clínico Nacional para evaluar la seguridad y eficacia del uso de plasma convaleciente para el tratamiento de pacientes con COVID-19 (ECN PCC19)” y otros cuatro ensayos clínicos autorizados por autoridades pertinentes y comités de ética Nacionales y Provinciales.
En Río Negro
La provincia de Río Negro ha evaluado los proyectos para el uso de plasma y designado Centros Provinciales oficiales para proveer el mismo, que en las próximas semanas estarán convocando a la población convaleciente de esta enfermedad para ser evaluado como donante potencial.
Al tomar una decisión, ¿qué factores deben ir en la balanza? Hay decisiones que debemos tomar incluso cuando no hay suficiente evidencia. Para que quienes toman decisiones lo hagan de la mejor manera posible, se deben poner los siguientes factores sobre la balanza: racionalidad científica, beneficios, riesgos, costos, y otros aspectos.
Aunque la premisa científica básica que apoya el uso de plasma está bien fundamentada y es racional, no existe en la actualidad evidencia de buena calidad que nos permita sacar conclusiones acerca del beneficio. También debemos considerar la equidad en su uso, dado que no todos los pacientes recuperados de COVID-19 están aptos y dispuestos a donar plasma y aún así la cantidad de plasma convaleciente que podría producirse no es suficiente para tratar al total de los pacientes con COVID-19 y no todos los tratados se benefician de la misma forma (El 90% o más de los infectados se cura sin mediar ninguna terapéutica y existen pacientes muy graves al momento de su presentación que no obtendrían ningún beneficio de la misma), por lo que probablemente sería necesario establecer algún mecanismo de priorización para utilizar este tratamiento en forma eficiente, segura y equitativa.
La evidencia disponible 4 para decidir qué rol asignar al plasma convaleciente en el tratamiento de COVID-19 es de muy baja certeza. Esto significa que no se puede afirmar si es efectivo o no. En este caso, el balance entre los pros y los contras de este tratamiento no está bien informado, ni es definitivo.
La recomendación que se puede dar para su uso va desde utilizarlo en el contexto de ensayos clínicos controlados aleatorizados, hasta utilizarlo en casos seleccionados, como aquellos de mayor gravedad en el contexto del protocolo de acceso expandido de uso de plasma de convaleciente, a través de instituciones y centros regionales avalados y autorizados por las autoridades regionales.
(Extraído y modificado de: Fundación Epistemonikos. (2020, 19 abril). ¿Podría ser efectivo el plasma convaleciente para tratar COVID-19? Recuperado 23 de junio de 2020, de https://es.epistemonikos.cl/2020/04/17/podria-ser-efectivo-el-plasma-convaleciente-para- tratar-covid-19/ y aportes) (Fuente GNR noticias)