El crédito de San Antonio Oeste se encontró contra un rival mucho más alto y de brazos con mayor alcance, más joven y en su categoría resultó incómodo para el “chilo”.
En cambio, el rionegrino tuvo que aumentar más de seis kilos para alcanzar el peso que le exigía la contienda. Así y todo pudo sobrellevar la pelea.
Calfín es un “viejo zorro” del ring. Trabó casi todos los rounds, a sabiendas del físico de su contrincante, que era imposible combatirlo en lucha abierta. El “chilo” desde el primer round sabía que no podía tener la contundencia de buscar el nocaut y por ello entabló la pelea corta, si conseguía un golpe claro, bienvenido sea, pero no ocurrió.
Álvarez, más joven, pero desprolijo y con falta de ideas, no pudo doblegar al sanantoniense. Calfín por momentos se burló de esa menesterosa condición del norteamericano.
Experimentado a la hora sobrellevar al final los últimos tres rounds, el rionegrino aguantó los golpes y pudo incluso marcar los tiempos hasta la campana ulterior.
En las postrimerías de su carrera deportiva Calfín sigue demostrando coraje. Fue campeón hispanoamericano, estuvo entre los tres mejores del ranking argentino en su categoría, es ídolo en su pueblo.
El “chilo” es un gran partener para cualquier rival en ascenso o que busca sumar palmarés. A los 37 años Puñalef Calfín solo debe pensar en terminar su carrera de esta manera, recaudando y sobrellevando rounds, aunque el último golpe no está dado, quien no dice que uno de esos jab cruzados lo lleve a un gran triunfo.
Las tarjetas: 80-71/80-72/80-72. Ninguno de los rounds fueron favorable para el sanantoniense, desde la primeras tarjeta estuvo abajo 10-8.
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