Desde hoy, San Artémides Zatti

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Artémides Zatti nació en Boretto, en la región de Reggio Emilia (Italia) el 12 de octubre de 1880 y un siglo después comenzó su proceso de santificación que culminará este domingo durante una ceremonia que se desarrolló hoy en la Plaza San Pedro del Vaticano.


A las 09 horas de Italia (05 horas Argentina) el proceso final se efectuó en el Vaticano, dónde estuvieron presentes la Gobernadora Arabela Carreras y el intendente Pedro Pesatti.

Viedma se vistió de fiesta, esencialmente en la  comunidad Salesiana dónde hoy se encuentran las reliquias del nuevo santo, justamente el Papa Francisco animó a los feligreses a estar “siempre al servicio de los pequeños y de los pobres como lo hizo Don Zatti”.

“Queridos hermanos cooperadores, que también ustedes puedan estar siempre agradecidos por el don de esta llamada que, dando un peculiar testimonio de vida consagrada, pueda ser propuesta a los jóvenes como forma de vida evangélica al servicio de los pequeños y de los pobres”, lo dijo el Papa Francisco a los peregrinos que han llegado a Roma para la canonización de Artémides Zatti.

El proceso comenzó ayer en la audiencia del sábado en el Aula Pablo VI del Vaticano dónde estuvo presente el obispo Esteban Laixague.

Saludos a la familia Salesiana

Al saludar al Rector Mayor y a los miembros del Consejo general, a los cardenales y a los obispos salesianos, el Santo Padre también dio la bienvenida a los peregrinos venidos de Boretto, pueblo natal de Artémides Zatti, y a los que llegaron desde Argentina y Filipinas. “Saludo a los miembros de la Familia salesiana provenientes de numerosos países del mundo, de modo particular a los salesianos coadjutores. Y un saludo especial – dirigió el Papa – a la persona que recibió la gracia de la curación por intercesión del beato, que tendré la alegría de canonizar”.

Artémides, un migrante italiano en Argentina

A los peregrinos, el Papa Francisco les dijo que, le gustaría recordar la figura de Artémides Zatti desde cuatro puntos de vista. En primer lugar, como inmigrante. El Pontífice recordó que, los salesianos llegaron a Argentina en 1875 y en los inicios desarrollaron su apostolado en Buenos Aires y en otros lugares, sobre todo en favor de los inmigrantes italianos. “Artémides conoció a los salesianos en Bahía Blanca, donde había llegado en 1897 junto con su familia. Lamentablemente, muchos inmigrantes perdían el valor de la fe, absorbidos por el trabajo y los problemas que encontraban. Pero los Zatti, gracias a Dios, fueron una excepción. La participación en la vida de la comunidad cristiana, las relaciones cordiales con los sacerdotes, la oración común en su hogar y la frecuencia de los sacramentos no disminuyeron”.

Zatti, “pariente de todos los pobres”

Un segundo aspecto que destacó el Santo Padre de la figura de Artémides Zatti es que fue “pariente de todos los pobres”. La tuberculosis que lo afectó a la edad de veinte años parecía que debería haber puesto fin a todos sus sueños, pero, gracias a la curación obtenida por intercesión de María Auxiliadora, Artémides dedicó toda su vida a los enfermos, sobre todo a los más pobres, a los abandonados y a los descartados. Los hospitales de San José y de San Isidro fueron un recurso sanitario valioso y único, especialmente para atender a los pobres de Viedma y de la región de Río Negro; el heroísmo de Zatti los convirtió en lugares de irradiación del amor de Dios, donde el cuidado de la salud se volvió experiencia de salvación.

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