Editorial: hora de pensar

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“Un Estado no puede ser eficiente si sus dirigentes no lo son, ese es una máxima ineludible. Para la calidad institucional se debe sumarle la excelencia” dice el filósofo mexicano Miguel Ángel Cornejo.

Quizás el amalgamar fuerzas políticas, al intendente Casadei, no le está redituando como esperaba. Probablemente el actual mandatario pensó que, si varios de sus funcionarios miraban para atrás, aprenderían y eventualmente no cometerían los mismos errores que otros cometieron en el pasado.

En varios no sucedió, y están ensimismados en mirar “desde el balcón” al resto de la comunidad. Por eso arremeten contra compañeros de trabajo o bien ni siquiera atienden al vecino cuando más lo solicitan. En algunos casos los ningunean.

Obviamente que la gente comenta asiduamente respecto la comodidad en varios de los funcionarios municipales (como provinciales), o bien de la acción poco ética de otros, solo basta observar las acotaciones en redes sociales y mensajes varios. Claramente desde el ejecutivo saldrán a negarlo como lo hicieron en otras oportunidades.

El acontecimiento hace una semana, con las inspectoras de comercio, es solo la muestra de varios actos que se deben corregir en la función pública municipal. Cabe destacar que la empleada comunal jamás se desdijo en ninguna de las notas periodísticas que le realizaron y fue siempre consecuente con su relato.

Ante estos eventos, el periodismo no es fiscal de los sucesos, solo muestra la realidad y está en el lector, el radioescucha o el televidente, sacar sus conclusiones. Generalmente el político se enoja con la prensa por exponer los hechos y generalmente, esos acontecimientos no le favorecen, pero evidenciarlos es justamente señalar el error que deben subsanar.

Hay una realidad difícil, que no se puede soslayar ¿es necesario que el funcionario o político acuda a fiestas o las organicen en este contexto?, ¿no se puede esperar un tiempo más hasta que la pandemia cese?, no son cuestionamientos extremos, pero cada uno es dueño de su vida, pero también se debe pensar en el ejemplo, el entorno y en el bien común.

El coronavirus sigue su paso, la emergencia sanitaria no se ha sorteado, por eso se debe extremar los horarios. Decidirán reducirlos, pero someramente, una hora nada más. Factiblemente era tiempo de acotar más y ampliare las restricciones en la madrugada, llegan los meses fríos. No es tan grande la cadena económica de la nocturnidad en invierno, en San Antonio y Las Grutas.

Bariloche estaba decidiendo dónde internar los pacientes, la ocupación en Terapia Intensiva en Río Negro llegaron 92% y en Viedma solo quedaban tres camas libres.

Si bien reiterativo esta expresión, vale la pena recordarlo “continuamos con la misma estructura sanitaria desde que comenzó la pandemia en marzo del año pasado”. Llegará junio y seguiremos igual.

A la espera de que el hospital modular de Las Grutas, albergue a quienes arriben con patologías para recuperación e incluso se use para descomprimir Viedma (así como lo leyó).

El año pasado, cuando el hospital Zatti estaba saturado, enviaban pacientes, 200 kilómetros, a internar a San Antonio, que era el de complejidad inmediata. Increíble.

De esto verdaderamente deben discutir los políticos, porque ahora todo se habla de lo que hizo, dijo y dejó de hablar. Después todo cae en “saco roto”, en el mientras tanto, las soluciones se desvanecen.

Es un buen momento para iniciar una reflexión sobre lo que tenemos que hacer para integrar a la gente más válida a la política.

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