Editorial: sociedad fragmentada

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San Antonio vivió un lamentable hecho de sangre, tan funesto, tan horrible, que no hay descripción posible que se pueda elaborar. Otra más, de varias.

Si uno habla con los expertos por qué sucede esto dan explicaciones coincidentes en que víctimas y victimarios, son chicos insertos en una sociedad violenta, desigual y fragmentada.

En las redes se pueden ver a los mayores insultarse por política. A los adolescentes observarlas y también tomando posiciones en ese contexto.

La fragmentación empuja a los jóvenes al miedo, la desconfianza, al resentimiento. Hijos de una sociedad violenta donde la ignorancia, la irritación, la agresión, la conducta antisocial llevan desde el homicidio, al suicidio.

¡Cuántos jóvenes se quitaron la vida en San Antonio el último año!, ¿a nadie le llamó la atención?. Cuantos hechos de violencia ocurrieron en el último año. Todos los lunes programas radio y el noticiero de la televisión entrevista a las autoridades policiales, donde de manera habitual hablan de contravenciones a la salida del boliche, tras peleas y trifulcas.

Muchos de esos jóvenes terminan internados o atendidos en el hospital, lo pueden corroborar en los libros de la guardia.

Una definición muy lúcida, dentro de su gran dolor, la mamá de Nico Gutierre dijo a los medios en la última marcha “¿Dónde estamos viviendo, en un lugar donde los padres enterramos a nuestros hijos? Que locura es esta…” Ella justamente sufre el homicidio de su hijo, por la falta de control del estado y la negligencia de los privados.

Ante semejante cuadro, es válida la pregunta, necesaria ¿qué ha hecho la sociedad y qué ha hecho el Estado para que un chico de 16, o de 19, o de 22 años piense que su vida no vale nada o que la vida de los otros no vale nada?.

¿Cómo puede ser que jóvenes deambulen como si nada por la noche comprando alcohol, drogas y terminen apuñalándose en una pelea banal, sin sentido?

Peleas, empujones e insultos en los paradores, en las playas, en la costanera de Las Grutas, ¿dónde quedaron los valores?

Estadísticas

La Fundación Centro de Actividades Psicológicas Asistenciales Comunitarias en estudios recientes revelan que los factores que más influyen sobre el comportamiento de los chicos son la familia, la pobreza o la marginalidad y las redes sociales, en ese orden.

En el caso de las escuelas, al decir de los maestros, cuando los chicos son protagonistas de actitudes violentas, por lo general los padres se desentienden, no concurren a las convocatorias y descargan culpas en el maestro o en la escuela.

Para completar el círculo de responsabilidades, uno de cada cuatro maestros sostiene que su escuela no toma medidas para prevenir la violencia.

Las estadísticas marcan que 15 millones de jóvenes menores de 18 años que hay en la Argentina, 9 millones viven en hogares pobres. De ellos, 5 millones son indigentes. La franja más castigada 4 millones corresponde a chicos de entre 6 y 12 años, aquellos que se encuentran en el período escolar primario.

Según la Organización Internacional del Trabajo, dos millones de niños de nuestro país de entre 5 y 14 años son explotados en las calles, obligados a trabajar. El 40% de ellos abandona la escuela, y otro 20% repite o se atrasa.

Nuestra sociedad

El penoso acontecimiento del viernes por la madrugada en San Antonio Oeste, en el que un joven mató a otro, habría que observarlo desde el contexto social y no exclusivamente desde una geografía acotada al ámbito en que se mueven, más allá de la presunta patología que pueda establecerse en el autor de la muerte.

Fuimos testigos en ese hecho, de lo emergente de la violencia social y del impacto de esa violencia en los niños, adolescentes y jóvenes. Testigos de la falta de valores, de atención y de contención. Culpables de no hacer lo que corresponde como miembros activos de la sociedad.

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